LA CASA DEL ARQUITECTO (4). JOHN PAWSON.

                                                                                                                                                                                                                

                                                        

John Pawson (Halifax 1949) es una de las figuras más representativas del minimalismo. Y tanto en lo artístico, como en lo moral, lo practica con una profunda radicalidad.

Viajero incansable, y a la búsqueda de respuestas a sus inquietudes, Pawson recorre durante su juventud multitud de paises del Lejano Oriente y durante un año se establece en Japón trabajando como simple aprendiz para el arquitecto y diseñador Shiro Kuramata y a quien reconoce como su primer maestro. De este recibe la influencia de la cultura Zen y de la belleza del lenguaje artístico simple y modesto de la filosofía del "wabi"  basada en la “pobreza voluntaria" como camino para alcanzar la plenitud de una vida serena, en quietud y transcendencia.  

Pawson también reconoce como referencias personales las figuras de Mies Van der Rohe, a quien admira por su búsqueda de la perfección formal, de Le Corbusier por su incansable activismo intelectual y de A.G. Fronzoni por la simplicidad de sus diseños. Y añade como en su retina siempre están presentes los paisajes calmados de su Yorkshire natal y la arquitectura de los monasterios medievales  cistercienses como reflejos de una actitud de vida sencilla y modesta.

Con estas influencias Pawson comienza a zurcir el lienzo de lo que será su hacer arquitectónico en el futuro y siempre teniendo como meta el llevar a sus composiciones, y a la ejecución de sus espacios, la sencillez más extrema. Para ello propone alcanzar en sus obras lo que el mismo denomina el "mínimo irreductible" mediante la implacable reducción a lo estrictamente necesario y en todos los niveles, tanto artísticos como mentales, de las superposiciones, apariencias y comportamientos del ser humano.

Pawson define esta forma de minimalismo, tan personalmente entendida, como : "la perfección alcanzada por algo cuando es imposible que sea mejorado por sustracción. Esta es la cualidad que posee todo objeto en el que todos sus componentes, detalles y funciones se han reducido a lo esencial". 

En diversos artículos, y en su publicación "Anatomy of  Minimun" (1999), expone los conceptos básicos para alcanzar esta buscada sencillez : 

Masa : como valor poderoso y cuya presencia genera siempre una sensación de continua permanencia. 

Luz : como energía natural y espiritual que se desliza sobre los materiales y muestra la belleza de las proporciones de los volúmenes.

Estructura :  disciplinada y clara pero siempre sujeta a los objetivos de las proporciones espaciales. 

Ritual : considerando con el mismo valor todas las actividad del ser humano, incluso las mas comunes y simples, y conseguir mediante ello que los espacios se configuren de la forma más natural. 

Orden : con simplificación extrema de todo aquello de disturbe el confort visual. La razón hecha visible. 

Repetición : como recurso para ordenar materiales, elementos y funciones lo que conducirá a espacios  donde impere la sensación de calma. 

Contención : en un sentido inmediato se corresponde con la idea la de arquitectura como separadora de   espacios, pero siguiendo las ideas de Kuramata,  recoge la posición del artista ante su trabajo y de  "saber  cuando hay que parar”.

Volumen :  con recurso a cuerpos sencillos y simples que tanto en sus relación como en su percepción por   la  personas son fácilmente reconocibles y transmiten paz y tranquilidad.

Paisaje : siempre presente como generador de bienestar e introducido como un elemento  más de la arquitectura.

Esencia : reducción a lo básico, al “minimo irreductiblele” para la obtención del valor intrínseco y ultimo  cada elemento compositivo.

Expresión : marcadamente tendente al silencio y a la austeridad como lenguaje

Con estas premisas Pawson  elabora una obra clara y rotunda

 

Casa Tetsuka. Tokyo. John Pawson.2005.

Casa delle Bottere.Treviso. John Pawson.2011.

                                                                                                          

Tacta Chair. John Pawson. 2022

Starkman Offices. Londres.1998

LA CASA PAWSON

La vivienda propia de Pawson, realizada en 1999, es fruto de la reforma de una antigua casa victoriana situada en el distrito de Nothing Hills de Londres. La vivienda se asienta en una parcela de forma rectangular de reducidas dimensiones con un patio posterior y cuatro plantas en altura. En esta reforma se exigía el mantener las fachadas y las alturas existentes.

Pawson dispone una nueva organización interior para su casa. Recupera la planta baja, sin uso anterior especifico (en realidad un semisótano) y sitúa en ella  la cocina y el comedor que quedan así conectados con el patio/jardín trasero y que da continuidad hacia el exterior a toda la estancia. En la planta de acceso sitúa el estar y en las dos plantas superiores las habitaciones. La caja de escalera, de tramo unidireccional único y continuo, va recorriendo las plantas superiores y se configura como un espacio a triple altura bañado por luz natural cenital.

Casa Pawson.1999.

                                         

Casa Pawson.1999.

Siguiendo su filosofía de “espacios limpios y sencillos”, Pawson dispone grandes armariadas de almacenaje en las estancias principales donde quedan guardados y ocultos todos los enseres y aparatos propios de una vivienda, de forma que, una vez utilizados, estos vuelven a su posición original. También sucede lo mismo con los elementos fijos, como los mecanismos de electricidad, luminarias, manivelas, equipos de mantenimiento etc., que quedan siempre ocultos en las armariadas o en las juntas entre techos y suelos. En la casa Pawson se suprimen todas las anécdotas menores. Los ornamentos típicos y sociales al uso ni se repiten ni se repudian. Simplemente no existen.

La unidad de materiales, con un solo tipo de pavimento para toda la casa, incluidos los aseos, la misma textura y color del revestimiento en todos los paramentos, la practica minoración e inexistencia de los marcos de puertas y ventanas, la masividad y desnudez de los muros, la rotundidad y unidad formal de las  piezas de uso cotidiano como las bancada de trabajo de la cocina en el estar y patio, la estoicidad y sencillez practica de los aparatos de los aseos, junto a la eliminación de todo lo superfluo, confirieren a estos espacios domésticos la serenidad deseada y transmiten una atmosfera de calma y relajación infinita.  

Sin distracción en banales lecturas formales ni en modas pasajeras Pawson retoma el espacio como el valor cualitativo de la arquitectura y como su característica última y esencial. Y es innegable que estos lugares desnudos, pero plenos, inciden en la conducta de los que lo viven y los transitan.

                            

Paradójicamente a esta casa, y en las que se adscriben en este minimalismo, se les recrimina como uno de sus aspectos más polémicos, su alto coste de ejecución. Conseguir unas juntas perfectas, una escalera inmaterial, donde no hay apoyos ni articulaciones visibles, unas carpinterías reducidas a su mínima expresión y perfectamente presentadas y enrasadas, unos paños inmaculados con unas cristaleras que levitan, por la ausencia misma del rodapié, y el tratar cada uno de estos detalles con una gran atención pueden suponer, a priori, altos dispendios económicos de materialización.

Pero Pawson desmiente todo esto y señala como, con ingenio y buen oficio, no es preciso emplear recursos disparatados. Y añade que ello no le supone, además, un especial trabajo dada las innumerables ventajas formales y espirituales que consigue. Porque si algo queda patente es que esta arquitectura busca, ante todo, la trascendencia. Y que la casa Pawson la alcanza plenamente.