APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


sábado, 24 de septiembre de 2022

LA ASISTENTA CAPAZ

                      

Creo que este blog no es sospechoso de ambigüedad o titubeo respecto de las  reivindicaciones de la mujer en la sociedad actual. Y en particular, de sus retos y desafíos en relación con la arquitectura.


Me remito para ello a otros artículos anteriores publicados, independientemente de las fechas anuales obligadas como suele ser generalmente al uso, y en los que he abordado la relación mujer-arquitectura desde diversas ópticas: “Arquitectos y Arquitectas”“¿Los arquitectos de Valencia son machistas?…”, “Maggies´s. La arquitectura de la vida”, etc.

Así que, reiterando lo dicho, sirvan ahora estas líneas para recordar a otra arquitecta de gran talento que no ha sido valorada como debiera y que, incluso hoy en día, es bastante desconocida para un buen número de las personas que se mueven en los círculos de la arquitectura. 

Me refiero a Marion Mahony

 

MARION MAHONY
 

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Cuando, en 1909,  Frank Lloyd Wright abandonó a su mujer y a sus tres hijos fugándose a Europa con Mamah Borthwick Cheney, esposa de uno de sus clientes, dejó pendientes e inconclusos un buen número de los encargos que se estaban preparando en su oficina de Oak Park (que no cobrados por adelantado).

También, para la apasionada aventura transcontinental, Wright sableó pecuniariamente, hasta donde pudo, a los conocidos más próximos. Así era, por aquel entonces, nuestro Frank. 

De este desaguisado profesional tuvo que hacerse cargo Herman Von Holst, colaborador de Wright en aquel entonces. Von Holst, a su vez, recurrió, suplicó y convenció finalmente a Marion Mahony para que le ayudara a terminar y a responder de los compromisos y de los trabajos pendientes. La misma Mahony, previamente, ya había rehusado de esta petición al mismo Wright. 

En realidad, y dadas las circunstancias, era casi obligada y necesaria esta elección por Von Holst pues Marion Mahony había sido la primera empleada de Wright en su oficina de Oak Park y, durante los catorce años anteriores, su colaboradora más brillante (y única mujer).

 Durante ese periodo, y de forma intermitente, Mahony ayudo al maestro americano en los proyectos de muchas de las viviendas, muebles, vidrieras y paneles decorativos que salieron de aquel mítico estudio de arquitectura. Y fueron, sin duda y sobre todo, los dibujos, las perspectivas y las acuarelas realizadas por Mahony las que establecieron la impronta personal del estilo de Wright y que tanto le valieron a este en su fulgurante fama inicial. 

Mahony volvió, pues, de nuevo a trabajar en la firma pero con la condición de ostentar el control total de los diseños. En las casas realizadas en este periodo (con Wright ausente) se advierte como domina totalmente el lenguaje de las "prairies hauses". En ese puesto, proyectó varios de los encargos en ciernes y por los que Wright cosechó, indirectamente, también gran éxito. 

 

AMBERG RESIDENCE. MICHIGAN.1909
MARION MAHONY/WRIGHT/VON HOLST


  ADOLF MULLER..DECATUR-.ILLINOIS.1909
MARION MAHONY/VON HOLST


  ROBERT MULLER RESIDENCE..DECATUR-.ILLINOIS.1909
MARION MAHONY/VON HOLST


HENRY FORD HAUSE. DECATOUR. MICHIGAN. 1911
MARION MAHONY
(No realizado)


HENRY FORD HAUSE. DECATOUR. MICHIGAN. 1911
MARION MAHONY
(No realizado)


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Marion Lucy Mahony nació en Chicago en 1871. Su padre era maestro de escuela, poeta y periodista. Su madre, directora de la prestigiosa Escuela Komensky de Chicago, fue una ferviente defensora de los principios de igualdad social y de género que empezaban a soplar en esta gran urbe, y así se los transmitió a su hija.

Este entorno intelectual y artístico creado por sus padres influyó decisivamente en el desarrollo y en la formación de Marion.  Además, como ella misma comenta en sus memorias, "La Magia de América", su infancia en Hubbard Woods, comunidad rural de North Shore a la que se había mudado su familia en la década de 1870, y su vida posterior como adolescente en Chicago se caracterizaron por un inusual grado de libertad. También, su pertenencia a la Iglesia Unitaria le inspiró, desde su infancia, el amor por la naturaleza y un respeto sagrado por la Tierra como origen de todo lo existente.

Tras cursar sus estudios se graduó en el M.I.T en 1894, siendo la segunda mujer en recibir un título de arquitectura de esa universidad.  En 1898 aprobó el examen estatal y se convirtió en la primera mujer con licencia de arquitecta en el Estado de Illinois.


MARION LUCY MAHONY EN
FECHA DE SU GRADUACION EN EL M.I.T.

Mahony vivió en una época en la cual la función de la mujer en la arquitectura todavía se supeditaba a tareas consideradas menores o accesorias pero, junto a otras compañeras del momento, reivindicó constantemente su valía y su posición. Su personalidad se puede sintetizar como una de esas primeras arquitectas invisibles, pero valientes y determinantes, que allanaron el camino para la actuación femenina en la arquitectura y de las que se ha hablado muy poco o casi nada.

Marion Mahony pertenece a la generación  de artistas y combatientes activistas  tales como la actriz Elsie de Wolfe o las pintoras y diseñadoras Vanessa Stephen Bell y Sonia Terk Delaunay. Y también al grupo de las primeras arquitectas  norteamericanas como Sophia  Hayden Bennett, Elisabeth Martini, Elizabeth Kimball Nedved, Bertha Whitman, Juliette Peddle o Ruth Perkins. Todas ellas constituyeron, en 1927, el Women's Architectural Club of Chicago (WACC).

Como relata Sarah Allaback, en su libro “The First American Women Architects” (University of Illinois Press, 2008) : “a fines del siglo XIX y principios del XX, en la joven nación norteamericana, las mujeres arquitectas eran vistas con frecuencia con desprecio y sospecha, no solo por sus compañeros de profesión, sino también por los miembros de los oficios de la construcción y clientes potenciales; su estatus marginal obviamente limitó su alcance y muy pocos arquitectos establecidos estaban dispuestos a ofrecer a estas mujeres el tipo de trabajos y oportunidades de aprendizaje con los que comenzar profesionalmente.

En un campo en el que esta forma de trabajo era la norma y los contactos profesionales una necesidad, esto creaba obstáculos casi insuperables para las arquitectas en las primeras etapas de sus carreras.

Por ello se debe poner en valor cuán raras y singulares eran las figuras de Mahony  y sus compañeras en la profesión durante aquellos años y cuán difíciles eran sus vidas mientras luchaban por obtener una base profesional sólida”.

Mahony, rebelde pertinaz,  afirma a su vez  en sus memorias que.. “las mujeres debían continuar accediendo a esta profesión y estar dispuestas a hacerlo como iguales a los hombres, soportando los mismos sacrificios y retos, como aquellos, sin esperar concesiones especiales”.

Según Mahony, no importaba si un arquitecto era hombre o mujer, siempre que pudiera hacer el trabajo. Un discurso tan directo era típico de su personalidad dura y su feroz compromiso con la igualdad. A la luz de las luchas y de los logros y amarguras por los que pasó, como miembro en una sociedad de hombres, es evidente que su vida profesional estuvo marcada por su género más que por cualquier otro factor.

Dada su tenacidad y valentía, Reyner Banham, describe a Marion Mahony como "la primera mujer arquitecta de Estados Unidos, y quizás del mundo, que no necesitaba disculpas en un mundo de hombres".

 

MARION MAHONY CON FRANK LLOYD WRIGHT Y LA PRAIRIE SCHOOL STYLE 

Como bien sabemos, Frank Lloyd Wright (1867-1959) tuvo una brillante carrera. Con más de quinientos edificios construidos y cerca de un millar de proyectos realizados es considerado uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX. El Instituto Estadounidense de Arquitectos le otorgó póstumamente, en 1991, el título de "arquitecto estadounidense más grande de todos los tiempos".

Con un ego desmesurado, propio de algunos genios, sus colaboradores relatan que cuando leía en algún periódico que se le proclamaban como el mejor arquitecto de los Estados Unidos entraba en cólera apostillando: ¿cómo “solo” el mejor arquitecto de Estados Unidos?.... ¡ el mejor del mundo ! .

En nuestros años de aprendizaje, en la Escuela de Arquitectura de Valencia, mucho  antes de que pudiéramos entender lo que significaba realmente su arquitectura, a los jóvenes aspirantes a arquitectos que éramos nos seducía, ante todo, el poder dinámico de sus plantas y la altísima calidad de sus dibujos, de sus grabados y de sus acuarelas. Las imágenes eran de una técnica y de una belleza sublime y nos cautivaban por su frescura, por el cuidado sus detalles y por sus constantes referencias a la naturaleza.

 Ahora sabemos que parte de aquel éxito inicial también correspondió a Marion Mahony. 

CASA WILLITS. FRANK LLOYD WRIGHT. ILLINOIS. 1903.
DIBUJO REALIZADO POR MARION MAHONY. 

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Terminada su graduación, Marion Mahony se instaló en Chicago y comenzó a trabajar en la oficina de arquitectura de su primo Dwight Perkins, sita en el mítico edificio Steinway Hall.

En esta ciudad, que despertaba a la prosperidad, Mahony comenzó a relacionarse con algunos de los jóvenes arquitectos ubicados, así mismo, en el Steinway Hall, compartiendo y confrontando ideas e ideales con todos ellos. Este grupo lo conformaban, fundamentalmente, George Elmslie, Myron Hunt, Frank Lloyd Wright, Elisabeth A. Martini George Washington Maher, Dwight Perkins, William Gray Purcell, Thomas Talmadge, Vernon Watson, Walter Burley Griffin, William Drummond y Francis Byrne.

Este grupo de arquitectos comenzaba a crear una nueva arquitectura estadounidense adecuada para el Medio Oeste norteamericano, e independiente de los estilos históricos, que luego ha sido conocida como el estilo de la "escuela de la pradera", término acuñado posteriormente por el historiador H. Allen Brooks.

Una de las características más importante de este estilo era su integración y unidad con el paisaje circundante y la búsqueda de una horizontalidad formal destinada a reflejar y amalgamar el edificio con el paisaje nativo de las praderas del Medio Oeste. El estilo está marcado también por techos planos con amplios aleros, ventanas a lo largo de las fachadas en bandas horizontales y una decoración sobria con motivos naturales.

Cuando Wright, en 1895, trasladó su oficina desde Steinwall Hall a Oak Park, en las afueras de Chicago, convirtiendo su propia casa familiar en el laboratorio de pruebas del nuevo estilo, contrató a Marion Mahony como colaboradora, y única ayudante, durante los primeros tiempos. El estudio fue creciendo con nuevas incorporaciones hasta convertirse en el epicentro y referencia de esta nueva “arquitectura de la pradera” .

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La relación entre Wright y Marion Mahony fue siempre complicada y difícil. Como otros tantos genios, Wright no era muy generoso en el reparto de los méritos. Tenía instrucciones permanentes al resto de sus empleados para que los dibujos que ella realizaba, y que normalmente sobresalían entre los concursos internos de la oficina, no se denominasen "diseños de la señorita Mahony".

Aunque muchos colaboradores en el estudio de Oak Park consideraban, y así lo han manifestado posteriormente, que la habilidad de dibujo de Mahony era superior a la de Wright, el gran maestro se sentía menos inclinado a reconocer su originalidad. Por ello solía anotar en los trabajos de Mahony el comentario "dibujado por Mahony después de  “Hiroshige y FLW “, haciendo referencia al maestro de grabado en madera japonés del siglo XIX y, naturalmente, a él mismo. 

En su fuga a Europa, Wright publicó en Alemania “The Wasmuth Portfolio”, un compendio de representaciones arquitectónicas de su carrera temprana con una monografía adjunta. Este conjunto de sus trabajos consolidó su posición como arquitecto preeminente en los Estados Unidos y tuvo una gran influencia entre la generación emergente de los arquitectos modernistas y racionalistas europeos. Hoy está probado que, al menos, el setenta por ciento de las imágenes del Wasmuth Portfolio eran obra de Mahony, si bien, su personal monograma de firma se eliminó de los dibujos cuando se facilitaron para su publicación. Este “descuido” no era involuntario. Y tampoco el que no se la menciona nunca como dibujante o ilustradora, y mucho menos como arquitecta o colaboradora. 


LAMINA DEL WASMUTH PORFOLIO.
TEMPLO UNITARIO. FRANK LLOYD WRIGHT. OAK PARK. ILLINOIS.1905
DIBUJADO POR MARION MAHONY

LAMINA DEL WASMUTH PORFOLIO.
INTERIOR RESIDENCIAL CON MOBILIARIO 
DIBUJADO POR MARION MAHONY

También ahora sabemos que algunos de los planteamientos formales y de las ideas de Mahony tuvieron bastante que ver en la creación la nueva relación entre los espacios, tan reconocibles, y que tanto caracterizaron los esquemas compositivos de Wright en su serie de “las casas de la pradera” y en algunos de sus edificios posteriores. En sus memorias Mahony comenta como las célebres tipologías en “T”, o las de en forma de molinillo (spinwell) de las primeras Prairies Hauses provenían, en gran parte, de sus estudios propios y de su misma tesis doctoral (The House and Studio of a Painter] que había realizado en sus años en el MIT. También la nueva concepción de la casa-hogar con dependencias destinadas a sala de juegos, estudio, o sala de música, fueron fruto de la constante dialéctica entre Wright y Mahony.

Wright recibía, complaciente y alborotado, toda aquella sabia fresca de la entonces joven arquitecta y le demandaba nuevos “inventos”, variaciones y alternativas que, luego, con su gran talento el maestro finalmente pulía, asentaba y hacia suyos.

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A pesar de todo ello, durante este período de ideales compartidos en la búsqueda del nuevo lenguaje, Mahony fue una leal compañera de armas de Wright y un miembro íntimo de su hogar y de su familia como amiga muy cercana de su esposa Catherine Tobin.

En este clima surgieron fuertes afinidades ideológicas e intelectuales entre Mahony y Wright. La propia casa de Wright se concibió como un campo de pruebas donde experimentar nuevas ideas, combinando las funciones tradicionales de un hogar suburbano con las funciones más públicas de un jardín de infantes, salas de música, sala de estudios y la propia oficina de arquitectura y en donde todas las  relaciones pretendían ser mutuamente enriquecedoras y colaborativas.

En un artículo  de 1908, titulado “In the Cause of Architecture”, Wright se refirió al estudio de Oak Park como “nuestra pequeña universidad”, sugiriendo el libre intercambio de ideas sobre temas de todo tipo de temas que allí se producían.

Cuando ese mundo, basado en creencias sostenidas con pasión y con un sentido de misión compartida, se derrumbó tras el abandono de Wright a su esposa, su fuga sentimental a Europa y la renuncia a los ideales que tanto había compartido con Mahony, la relación entre ambos terminó abruptamente. Desde entonces Wright y Mahony se culparon mutuamente cayendo en recriminaciones, insultos y amargura.

A partir del momento en que se fue de la ciudad, Wright ya no prestó atención ni a su esposa ni a su fiel colaboradora. Y aunque Mahony, después de su partida,  continuó efectivamente el trabajo en Oak Park  mediante su colaboración con Von Holst, desde entonces se refirió a Wright como "el arquitecto ausente" que "no se molestaba nunca en responder a cualquier cosa que se le enviara”. Es evidente que el hecho de que la abandonase también como amiga y como colega, abrió una enorme y dolorosa brecha en su vida.

Para Wright, Oak Park fue solo una etapa en su largo viaje que lo llevaría a Spring Green y le inspiraría a construir Taliesin como hogar y taller para él y para su nueva compañera Mamah Borthwick.

Desde ese entonces, los reproches entre Wright y Mahony fueron en las dos direcciones. Mahony criticó el trabajo y el carácter de Wright llamándolo una "llaga de cáncer" en el cuerpo de la escuela de Chicago. Por su parte, Wright la denunciaba como “plagiaria sin habilidades” y llamando a su trabajo "formas muertas y originalidades sonrientes por el bien de la originalidad". También apostilló respecto de Mahony : "creó muy poco, pero pasó la mayor parte de su tiempo reclamando todo y robando todo".

A pesar de estos intentos de ocultar la frustración con palabras duras, parece claro que el desprecio mutuo de estos dos arquitectos en los años posteriores se debió, en gran parte, a su profunda decepción por la pérdida de su amistad  y en su fracaso en plasmar el comienzo del nuevo mundo de ideas por el que tanto habían luchado.

El único crédito que Marion Mahony obtuvo de Wirght fue que, en alguna ocasión,  la denominara "su asistenta capaz".

  

MARION MAHONY Y WALTER BURLEY GRIFFIN

La etapa de trabajo de Mahony con Wright, plagada de sinsabores, finalizó en 1911 cuando Marion se casó y se unió y profesionalmente con Walter Burley Griffin, quien también había trabajado temporalmente en la oficina de Oak Park, si bien tampoco había congeniado con el gran maestro.

Desde entonces los Griffin-Mahony formaron un equipo magnifico. Abrieron su propia oficina y diseñaron y construyeron un gran número de proyectos y obras. Viajeros incansables, se establecieron consecutivamente en distintas partes del mundo, principalmente en Australia y en la India. Esta unión le valió a ambos veintiséis años de trabajo juntos hasta que, en 1937, se produjo la temprana y repentina muerte de Walter Griffin.


MARION MAHONY  Y WALTER BURLEY GRIFFIN


La arquitectura realizada por la pareja Mahony-Griffin, durante estas primeras décadas del siglo XX, y desarrollada en América, Oceanía y Asia, puede considerarse como un coktel de mestizaje y eclecticismo, pero siempre aplicados a las realidades locales específicas y adaptadas a las condiciones naturales del entorno en el que es construida.

Amantes de la naturaleza, y educados ambos en el seno de familias cercanas al movimiento de la Iglesia Unitaria, la concepción monoteísta y su creencia en el desarrollo del hombre como ser ligado únicamente a la Tierra, serán  las bases teóricas en las que ambos apoyarán su obra como arquitectos.

También es notoria su afinidad con los pensadores trascendentalistas del momento que reclamaban una relación entre el hombre y su entorno que superara los límites físicos, concediendo un papel fundamental al individuo como base para una sociedad alternativa : el ser humano como una parte de un todo mayor, el universo, y el resto de los seres que en él habitaban deben compenetrarse con este ente superior para alcanzar la felicidad. Solo así el hombre sería capaz de entender su papel en el planeta al descubrir que el desarrollo personal del individuo implica un contacto directo con su entorno natural.

Estos principios, y el influjo del  pensamiento de Edward Carpenter sobre su visión del hombre como un ser salvaje, que debe volver a la naturaleza, reforzarán los objetivos de Mahony y Griffin a implantar en sus obras..

 

NILES CLUB COMPANY. MICHIGAN.1911
MAHONY / GRIFFIN

COOLEY RESIDENCE. MONROE.LUSIANA. 1912.
MAHONY / GRIFFIN

En 1912, la pareja de jóvenes arquitectos ganó el Concurso Internacional del Plan Urbano de Canberra.  Las maravillosas acuarelas y láminas, preparadas por Mahony, ayudaron sin duda, a obtener el éxito

Tras la obtención del premio se trasladaron a Australia, realizando otros encargos y alcanzando gran reconocimiento y reputación en este país. En la década de 1930 se instalan en la India, donde se les ofreció el diseño de la exposición Industrial y Agrícola de las Provincias Unidas y otros encargos gubernamentales, si bien, las dificultades fueron cuantiosas y muchos de ellos no fructificaron.


PLAN URBANO DE CANBERRA. 1912

 


FERM ROOM CAFE. MELBOURNE. 1916
MAHONY / GRIFFIN


CAPITOL THEATRE. MELBOURNE. 1923
MAHONY / GRIFFIN




HALL CAPITOL THEATRE. MELBOURNE. 1923
MAHONY / GRIFFIN


SHOP BUNGALOW. FELLOWSHIP CENTER. NEW HAMPSHIRE.1914


BIBLIOTECA Y MUSEO. MAHMUDABAD. INDIA. 1934

                           

Cuando Walter Griffin falleció repentinamente, en 1937,  muchos de estos anhelos comunes quedaron truncados. Mahony regresó a Chicago, abandonó la práctica de la arquitectura durante las últimas décadas de su vida y solo se dedicó a documentar la belleza natural de Australia catalogando su vida vegetal indígena.

En 1961, a la edad de 90 años, Marion Mahony murió, económicamente pobre, en el Hospital del Condado de Cook. Sus cenizas fueron enterradas sin reseña alguna. Ahora hay una pequeña placa en su memoria en el cementerio Graceland de Chicago, que también es el lugar de descanso final de Louis Sullivan y Daniel Burnham.


EL CONCURSO PARA EL PLAN DE CANBERRA Y LAS BATALLAS PERDIDAS DE MARION MAHONY

A principios del siglo XX los estados australianos decidieron la construcción de una nueva capital para todo el país. Esta nueva ciudad debería estar en un lugar completamente nuevo y equidistante entre las dos ciudades principales, Sydney y Melbourne.

Tras años de discusiones y deliberaciones se alcanzó una decisión de compromiso entre todos los intereses involucrados. El lugar elegido fue una árida llanura de piedra caliza en los territorios al sur-este del país, entre los montes Kurrajong y Ainslie, y junto al rio Molonglo.

En el Plan presentado por Mahony y Griffin, con reminiscencias del planteamiento urbanístico de la "Ciudad Blanca" de Root y Burnham para la reconstrucción de Chigago tras su devastador incendio de 1871, y que tan bien conocían, sobresalían ante todo, por su belleza y calidad, las imágenes y acuarelas que Marion había realizado con la visión de la nueva ciudad que imaginaba. Esto fue lo que principalmente subyugó al jurado e hizo que se les concediera el premio y el desarrollo de toda la planificación.


PLAN URBANO DE CANBERRA. 1912.
MAHONY/GRIFFIN

                                   

ACUARELA PARA EL PLAN URBANO DE CANBERRA. 1912
MARION MAHONY


ACUARELA PARA EL PLAN URBANO DE CANBERRA. 1912
MARION MAHONY

El Plan de Canberra de Mahony y Griffin se estructuraba sobre dos ejes:  un eje terrestre, desde el monte Kurrajong hasta el monte Ainslie, con los edificios gubernamentales en el lado sur y las zonas residenciales en la parte norte, y un eje perpendicular de agua a lo largo de la línea del río.

En este planeamiento volcaron los arquitectos  todos sus principios e ideales y cómo creían que las ciudades debían diseñarse para encajar y respetar el paisaje, manteniendo los contornos de la topografía y con el menor daño posible al entorno natural. Los elementos de agua y vegetación, elegantes y cuidadosamente proyectados, eran una parte esencial del plan

Según este plan,  el punto focal de la ciudad sería el monte Kurrajong donde situa el Capitolio, con una vista imponente sobre el río y el gran monte Ainslie.  Este Capitolio constaba de un gran edificio y espacios públicos con dos residencias oficiales a cada lado. Las casas del parlamento  se sitúan en su parte inferio, en Camp Hill, junto con otros edificios gubernamentales dispuestos alrededor de una cuenca central de agua. Desde el Capitolio partían  cinco grandes avenidas y dos de ellas cruzaban la cuenca del río hacia otros dos centros correspondientes a la zona municipal y a la zona comercial.


ESQUEMA DEL PLAN URBANO DE CANBERRA

                                          

La mayoría de los habitantes y visitantes de Canberra creen aun hoy, que lo allí ejecutado, responde fielmente a las ideas que Mahony/Griffin proyectaron. Y aunque la ciudad, tal como se ha construido, tiene algunos ecos importantes de la visión que sus arquitectos imaginaban, el resultado final ha quedado muy diluido y adulterado.

Tras ganar el concurso del diseño de la nueva capital australiana los Mahony-Griffin podrían haber disfrutado de su éxito y haberlo redactado y realizado “desde la distancia” y cómodamente asentados en los Estados Unidos. En cambio, Marion Mahony demostró el compromiso con sus ideales al decidir involucrarse plenamente,  para lo cual, no dudó en cerrar su etapa anterior en E.E.U.U. y trasladarse a la aventura australiana.

Pero las dificultades fueron muchas. En un vano esfuerzo por preservar la integridad de su plan, Mahony y Griffin libraron una larga batalla, siempre perdida, con las autoridades federales y locales que les desgastaron y decepcionaron. Y fue en esta lucha, a pie de tajo,  con los continuos e imprevistos obstáculos y desazones, donde la frustración les llevó finalmente a la renuncia y al abandono de los trabajos.

Mahony, en su autobiografía “La magia de América” retrata el trabajo de su vida, y sobre todo en su etapa australiana, como una batalla agotadora contra la mediocridad y la burocracia, y así lo anuncia en los títulos de sus capítulos como “La batalla nacional” y “La batalla municipal”.

Nos es casual que, muchos años después, en el mismo país y en el concurso de la Opera de Sidney, a Jorn Utzon le sucediera lo mismo.   

 

LA AVENTURA DE CASTLECRAG

En su periplo australiano, en los parajes de CastleCrag en Nueva Gales del Sur, y en un entorno agreste e idílico, Mahony y Griffin promovieron, proyectaron y construyeron diversas comunidades residenciales.

En los documentos gráficos de estos proyectos el entorno se muestra ante el espectador como el protagonista principal.

Mahony y Griffin utilizaron las láminas de la serie los “Retratos del Bosque”, realizadas por Marion, para la promoción de estos desarrollos inmobiliarios incidiendo, así, en que la prioridad era la subordinación del individuo y la arquitectura a la naturaleza que les rodeaba para hacer conscientes a los futuros residentes que no iban a adquirir simplemente una propiedad en forma de vivienda, sino también un entorno natural del que debían hacerse responsables.


                         



DOCUMENTOS DE PROMOCION DE CASTLECARG

                                      

La norma, era pues, aplicar tan solo las operaciones mínimas necesarias sobre el terreno sin modificar el entorno natural,  y el reto a alcanzar la capacidad de adaptación de la arquitectura de forma que las edificaciones recordaran a la totalidad del medio en el que se insertaban.

Este proceso de eliminación de lo superfluo en favor de una arquitectura esencial se tradujo en unas construcciones compactas, de gran dureza plástica, en las que el empleo de la piedra local y el uso de cubiertas planas hacia que las viviendas ,a modo de rocas, parecieran emerger del terreno. Mahony y Griffing desarrollaron, también al tiempo, un sistema de prefabricado en hormigón conocido como “knitlock”, y que el mismo Wright emuló, con variaciones personales de ejecución y montaje, en sus casas de bloque en California en la décadas de 1920 y 1930.

A la vista de la imágenes de estas pequeñas residencias, incrustadas en la naturaleza, uno piensa que, tal vez, fue este uno de los momentos en que Mahony se encontró a sí misma y estuvo más cerca de lo que realmente quería realizar.

El desarrollo de estas "comunidades domesticas", aplicando métodos ya experimentados anteriormente en otras actuaciones, como la de Rock Glen-Rock Crest en Iowa en 1912, y en donde como allí, los espacios comunes previamente cedidos por todos los residentes, se destinaban a un abanico de relaciones sociales, educativas y lúdicas, e incluso con la misma construcción y autogestión de las viviendas y del entorno entre todo el colectivo, traducido de todo ello en la busqueda de una arquitectura honesta, veraz y en  armonía con la naturaleza supuso, sin  duda para Mahony y Griffin, la plasmación real de gran parte de sus principios e ideales transcendentalistas y de la arquitectura democrática igualitaria por la que siempre habían abogado.

Y aunque la experiencia del desarrollo de estos conjuntos fue también muy dificultosa y llena de obstáculos, lo que ha quedado de ello exhala claramente un aroma de plena libertad.

                           

FISHWIK HOUSE. CASTLECRAG.1929


HUDSON HOUSE. CASTLECRAG.1921.


GRANT HOUSE. CASTLECRAG.1922


JOHNSON HOUSE. CASTLECRAG.1922

MOON HOUSE.CASTLECRAG.1922


CHEONG HOUSE.CASTLECRAG.1922


WILSON HOUSE.CASTLECRAG.1929.


LA INFLUENCIA JAPONESA Y LAS NUEVAS FORMAS DE REPRESENTACION COMO HERRAMIENTA DE TRABAJO DE MARION MAHONY

La cultura japonesa y sus métodos de representación, mostrados por primera vez en Estados Unidos en la Exposición Universal de Chicago de 1893, atrajo a los miembros de la escuela de la pradera y, con gran intensidad, a Mahony.

La característica esencial del pensamiento oriental en el que cada elemento que rodea al ser humano ha de ser observado y valorado con el mismo respeto que este, al pertenecer todo a un ente superior, atrajo a los arquitectos norteamericanos de esa época como alternativa para redefinir un nuevo arte y modelo social, de forma que este “japonismo”, se convirtió en una fuente de inspiración para los artistas deseosos de encontrar alternativas a los modelos conocidos

Este interés creciente por las técnicas que definían el estilo gráfico japonés ya se había manifestado anteriormente en diferentes textos divulgativos, entre los que destacan el libro “Japanese Homes and Their Surroundings”, publicado en 1886 por Edward Morse, en el que analiza diferentes obras niponas y sus métodos compositivos. También en el manual “Composition: a series of artistic estructure exercises for use by students and teachers”, redactado en 1899 por el artista americano Arthur W. Dow , quien recoge una teoría del arte basada en la interpretación del arte oriental, en particular atendiendo a su composición, las sombras y el color. 

Siendo Wright un gran conocedor y entusiasta de la cultura nipona, además de un gran coleccionista de ejemplares de estampas japonesas recopiladas tras diversos viajes al país asiático, la estancia en su estudio de una persona tan dotada como Mahony para la representación gráfica, interactuó intensamente entre ellos y en la manera de dibujar los proyectos. 

A  partir de esta influencia Mahony fue conformando un estilo propio de dibujo, muy grácil y  fluido, en el que se mezclaba siempre el entorno natural como parte integral del diseño. Son representaciones innovadoras de la naturaleza en las que la tierra y las formas arquitectónicas eran inseparables, y siguiendo el patrón japonés, mediante la utilización de planos oscuros y otros más claros, de forma que su composición determina los distintos planos del objeto representado, sin que aparezcan sombras arrojadas. La disposición de la vegetación, excediendo los límites del marco de la imagen, sirve para establecer una serie de planos superpuestos y le dotan de una sensación de levedad propia, al tiempo que acentúa la sensación de la vista en perspectiva e introduciendo al mismo espectador en el dibujo.

 

 

IMAGEN DE GRIFFIT CITY. NUEVA GALES DEL SUR



 IMAGEN DE LEETON CITY. NUEVA GALES DEL SUR

A la utilización de estos conceptos en sus dibujos, Mahony añadió su cualidad artistica personal convirtiéndolos en una magnifica herramienta de trabajo. Así, crea una composición tipo, que generalizará en sus trabajos, y que organiza en un panel de tamaño único de 45x90 cm., concebido como un grabado en color satinado acabado en tinta o en acuarelas transparentes y mezcladas con pegamento, en el que se muestra una visión completa del proyecto. La mitad superior del dibujo se destina a una perspectiva exterior del mismo, en la que la vegetación envuelve al edificio. La parte inferior, se divide a su vez en dos franjas horizontales, destinando una mitad a las plantas y la otra mitad a los alzados y las secciones, así como otros elementos singulares.

La vegetación se representa, en la planta, con precisión a fin de significar el carácter de los espacios que rodeaban al edificio principal. De igual manera, en la perspectiva, los elementos naturales, como los árboles y flores, parecen romper los límites de las partes en las que estaba dividida la composición para dotar de continuidad y distintas profundidades al conjunto.


COMSTOCK HOUSE. EVASTON .1912

GUNN DWELLIN. CHICAGO. 1909.


SOLID ROCK. WINNETKA.1911,


FISHWIK HOUSE. CASTLECRAG. 1929


El AMOR POR LA NATURALEZA Y SU REPRESENTACION POR MARION MAHONY

Mahony sentía un gran amor y respeto por la naturaleza, y lo potenció como signo distintivo de su carrera como arquitecta, sobre todo, a partir de su etapa en Australia.

La utilización y puesta en valor de especies vegetales autóctonas se convirtió en uno de sus mayores retos profesionales que defendió e incorporó en sus proyectos como parte sustancial de estos. Para ello no reparó en relacionarse con los botánicos y geólogos  para entender y conocer  las características principales del continente en el que ejercían entonces como arquitectos.

Entre 1915 y 1940,  Mahony realiza una serie de láminas en las que recoge algunas de las especies vegetales más interesantes del continente australiano, creando una colección de veinticuatro dibujos denominada como “Retratos del Bosque”, en los que muestra no solo su interés por la naturaleza sino también su dominio de múltiples técnicas de representación basadas en las características propias de las estampas japonesas.

Para Wright  las geometrías básicas eran los principios estructurales fundamentales, y producian  “un encantamiento” basado en su carácter simbólico fundado sobre una base matemática”. En las composiciones de Mahony la representación de los elementos naturales  se utilizan como puntos atrayentes para el espectador mediante la sucesión de planos que van introduciéndonos secuencialmente en la esencia de lo dibujado.

 

IMAGENES DE "RETRATOS DEL BOSQUE"

Serán estos dibujos, introducidos en sus proyectos, los que servirán a ambos arquitectos  como  propia presentación personal y  para introducir la figura del arquitecto el paisaje, desconocida hasta entonces en Australia. 


El DESENCANTO FINAL EN MARION MAHONY

Resulta complejo evaluar la importancia de la obra de Marion Mahony.

Cuando se leen por primera vez las páginas de sus memorias, "La Magia de América", se comprende de inmediato, que estamos en presencia de una mujer de fuertes convicciones y profundas experiencias espirituales.

Para Mahony, criada en un particular entorno social y familiar que fomentaba la igualdad de género y la colaboración en una gran variedad de actividades, desde las filosofías educativas progresistas, la administración compartida del hogar y la interdependencia económica entre familiares y amigos, además del activismo político, las campañas por el sufragio femenino y la mejora de las condiciones del trabajo, ser mujer y arquitecta no podían ser condiciones mutuamente excluyentes.

La documentación actual disponible van asentando la idea de que fue una figura realmente significativa, con una trepidante actividad basada en poderosas fuentes intelectuales, que abordó sus proyectos y trabajos con conceptos en gran manera adelantados a su momento y que hoy nos parecen normales: ecología, amor por la naturaleza y comunión con la Tierra, sustentabilidad, economía, respeto por las raíces locales........ y todo ello aderezado con un ilimitado carácter aventurero y cosmopolita.

Pero, al mismo tiempo y observando sus peripecia vital, surge también la duda de si se podría parecer la suya una historia cercana al desencanto.

Dejando a un lado su conflictiva relación con Wright que, ciertamente, la marcó durante todo su trayectoria vital y profesional posterior, parece que, irónicamente, fue allí donde depositó sus mayores esperanzas donde la sensación de fracaso se hizo más presente. Este fue el caso de todo el corolario de adversas circunstancias y decepciones que le supuso el desarrollo del Plan ganador para la planificación de Canberra  que, realmente, marcó y desgastó profundamente a Marion Mahony y a su marido.

También en los anhelos y esfuerzos depositados en la planificación de los conjuntos residenciales domésticos, como en Castlecrag, e incluso en su etapa en la India, hay una sensación de tarea fallida y de objetivos vagamente alcanzados.  

Podría alegarse qué, a la  pareja de idealistas que eran Mahony y Griffin, les tocó bregar durante los tiempos difíciles de los desastres políticos y económicos de la Primera Guerra Mundial y de la Gran Depresión lo que, ineludiblemente, supuso un cúmulo de obstáculos en la realización de sus grandes proyectos.

Pero, tal vez, fue la fuerte personalidad de Mahony y sus puntos de vista, poco convencionales y adelantados, sobre los asuntos de convivencia social los que continuamente suscitaron la irritación de los estamentos conservadores y le produjeron tantos desencuentros. Ello, y que en aquella época las mujeres profesionales eran “rara avis” apenas toleradas por el pacato sistema establecido. Y en mayor manera las que, además, resultaban tan asertivas y vehementes como ella.

En todo caso queda su legado, cada día más en alza, para su apreciación y valoración.

Y está fuera de toda duda que Marion Mahony fue una arquitecta de gran talento y mucho más que " la asistenta capaz”, tal como le tildó el gran maestro de Taliesin. 

 

LOGO DE MARION MAHONY





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