APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


“Nada es tan peligroso en la arquitectura como tratar los problemas por separado”
Alvar Aalto


jueves, 15 de diciembre de 2022

ARQUITECTOS EN LA OTRA ORILLA (2).GIOVANNI MUZIO Y EL NOVECENTO MILANES



Entre las arquitecturas marginadas por la interesada historiografía "oficial" del Movimiento  Moderno y repudiadas, así mismo, por la critica adepta a la arquitectura racionalista, se debe reseñar y recordar al movimiento artístico y cultural denominado como el "Novecento", que tuvo su desarrollo y máximo apogeo en la Italia de los años veinte y treinta del siglo pasado.

(Véase también, al respecto, en este blog : ARQUITECTOS EN LA OTRA ORILLA (1). LA PROPAGANDA RACIONALISTA).

En su faceta arquitectónica esta corriente contribuyó con una señalada aportación local que después se ha conocido como el "Novecento Milanes".

El Novecento italiano se inició, a finales de 1922, por un grupo de siete artistas mayoritariamente vinculados a la pintura: Mario Sironi, Achille Funi, Leonardo Dudreville, Anselmo Bucci, Emilio Malerba, Pietro Marussig y Ubaldo Oppi. 

Estos artistas, provenientes de tendencias diferentes, se aunaron en un sentido común del "retorno al orden" en el arte tras los experimentos que las vanguardias artísticas, como el Futurismo y el Cubismo, habían planteado a principios del siglo XX.  El ideal de esta nueva corriente, en contraposicón, era tener como referencia suprema la antigüedad clásica, la pureza de las formas y la armonía en la composición. 

Este cambio de dirección fue reflejado y fomentado por "Plastic Values", revista de arte fundada en 1918 en Italia por Mario Broglio en donde se recogían, como fuente matriz, las ideas estéticas de la pintura metafísica.

La mentora de este movimiento fue Margherita Sarfatti, crítica de arte italiana e intelectual de origen judío muy próxima a Mussolini (su amante). Tras el primer debut del grupo, en 1923 en la galeria Pesaro de Milán, estos artistas presentaron sus obras en la Bienal de Venecia de 1924 con un gran éxito. A continuación se realizaron otras exposiciones : en París en  1926, en Ginebra en 1927, en Berlín y Milán en 1929, y en Buenos Aires y en la primera Cuatrienal de Roma, en 1931.

MARIO SIRONI, PERIFERIA (1922).

Y fue en este año, en 1931, cuando comenzaron a producirse los primeros ataques del régimen fascista contra este movimiento con acusaciones tales como el de "ostracismo del arte clásico" o "la indeseada influencia del arte extranjero".

El movimiento fue finalmente disuelto, en 1938, cuando la misma Margherita Sarfatti tuvo que huir de Italia por set victima de la persecución racial nazi-fascista.

La pintura de Novecento se caracteriza por su asunción de formas plásticas y geométricas y sus géneros favoritos son el retrato, los bodegones y los paisajes. El estilo presenta una dureza expresiva particular de iconografías simples, pero solemnes y monumentales, conocidas como el "realismo mágico" . 


El ARQUITECTO. MARIO SIRONI. 1923

Además de su proyección en las artes figurativas, el Novecento también se manifestó en la arquitectura. En Milan los arquitectos más relevantes fueron Giovanni Muzio, Giò Ponti, y Paolo Mezzanotte. En Roma, Marcello Piacentini, Armando Brasini, Pietro Aschieri, Mario De Renzi e Innocenzo Sabbatini.

El lenguaje arquitectonico del Novecento fue muy diverso con múltiples referencias tanto al medievalismo como a la Secesion Vienesa, a la arquitectura clásica romana y al barroco.

La arquitectura del Novecento tomó posiciones claras contra el eclecticismo académico y luchó por una simplificación y reinterpretación de lo que, sus seguidores, entendían entonces como la modernización.


GIOVANNI MUZIO COMO MAXIMO EXPONENTE DEL NOVECENTO MILANES


GIOVANNI  MUZIO. 1980

Es conocida la frase de Gio Ponti : " La mitad de Italia fue hecha por Dios y la otra mitad por los arquitectos".

Una frase ciertamente petulante y vanidosa que delata el espíritu de ciertos arquitectos, pero que en el caso concreto de Milan y de Giovanni Muzio, y tomada con sentido del humor, podría adquirir visos de cierta veracidad.

Giovanni Muzio (Milan 1893-Milan 1982) es el máximo exponente de la arquitectura del Novecento Milanés. Dejó un inmenso legado, y especialmente, en su ciudad natal. Un legado que no debe circunscribirse solo a su obra sino también a su pensamiento, siempre a contracorriente de los dictados oficiales artísticos de su  época. 

Como señala Luigi Prestinenza :  Hoy son numerosas, especialmente en la zona de Milán, las voces críticas que reivindican su importancia, argumentando que solo una visión sectaria centrada en una cierta sobrestimacíon del Movimiento Moderno nos impide reconocer su genio.”

Su rica formación juvenil, compuesta por una particular combinación de estudios clásicos, artísticos y técnicos la adquirió primero en Bérgamo, donde la familia se había trasladado en 1902 dos años antes de la muerte de su padre Virginio Muzio, también conocido arquitecto. Inscrito en la Facultad de Ingeniería de Pavía, en 1910, tuvo como profesor a Sebastiano Locati quien lo animó a profundizar en  sus intereses por la arquitectura y la ingeniería.

Muzio comenzó el estudio arquitectónico de los monumentos sagrados de Pavía sentando las bases para sus estudios del Románico Lombardo, una referencia continua en muchas de sus obras. A su regreso a Milán, en 1912, estudió el curso superior de Arquitectura en el Real Instituto Técnico Superior de la mano de Gaetano Moretti, decano de la Facultad de Arquitectura en aquellos años y en cuyo estudio trabajó por un tiempo. 

Con la entrada de Italia en la guerra Muzio es enviado al Piamonte, al Véneto y finalmente a Francia, donde permaneció desde 1917 hasta finales de 1919, pasando el último año en París como miembro militar de la Conferencia de Paz.

Durante el primer período de la posguerra, Muzio promovió el ideal de la vida cultural colectiva en Milán llena de estímulos e intercambios recíprocos. Con sus amigos arquitectos G. de Finetti, E. Lancia, y G. Ponti inauguró un estudio en Via Sant'Orsola, "un verdadero cenáculo del arte" y, en un intento de liberarse de cualquier retórica académica, también un laboratorio de arquitectura donde, además de la práctica habitual del dibujo y la planificación, se sucedían animadas discusiones y experimentos arquitectónicos que, a menudo, eran diferentes y contradictorios.

Habiendo entrado en contacto directo con la vida artística de París, Muzio frecuentó a artistas y escritores como Malaparte, Ungaretti y el círculo de Max Jacob, Apollinaire y Cendras. 

Desde principios de la década de 1920 Muzio se convirtió en portavoz ideológico del Novecento Milanés, movimiento que reunió a los jóvenes arquitectos locales bajo la llamada del "retorno al orden" en un sentido formal y metodológico en estrecha proximidad con las posiciones que giraban en torno al circulo romano novecentista.

Con Sironi, la colaboración no se produjo solo en la arquitectura sino también en trabajos y preparación de exposiciones: el Pabellón del Pueblo de Italia en la Feria de Milán (1928), los pabellones de la prensa italiana en Colonia, la Exposición Editorial (1928) y en la Exposición Internacional de Barcelona (1929), las evocadoras salas de la Exposición Gráfica de la Triennale di Monza (1930) y los interiores e instalaciones de la Trienal de Milán en el nuevo Palazzo dell'Arte ( 1933).

A mediados de los años veinte Muzio también se dedicó al diseño y difusión de temas urbanísticos. En 1924 fundó con G. de Finetti y A. Alpago Novello el Club de Urbanistas, dentro del cual participó, con el proyecto "Forma Urbis Mediolanum", en el concurso para el Plan de Urbanismo (1926-1927) de Milan y en intensa oposición contra los planes amparados por el poder oficial.

En 1926, junto con A. Alpago Novello y G. Ponti, inauguró la “Asociación de Expertos en Arquitectura”, dirigida al cuidado de los monumentos y la historia de la ciudad, pero también a las cuestiones de diseño urbano de actualidad.

El interés de Muzio por el clima cultural de su época también se dirigió a las tendencias europeas modernas más moderadas. Invitó a Berlage a dar una conferencia en Milán, y presentó en esta ciudad el clinker, un material entonces moderno y conocido por Muzio en los astilleros de Hamburgo. Al aceptar "los últimos descubrimientos técnicos" en sus construcciones pero "sin copiar sus formas estéticas",  Muzio fue un auténtico arquitecto de lo moderno, que redescubrió un profundo vínculo con la tradición  lombarda. 

Muzio, enfrentado tanto con el eclecticismo neogótico y neorrenacentista, que todavía sobrevivía en Milán, así como con  el modernismo y el racionalismo, propone  un retorno a un clasicismo reducido a volúmenes puros y elementos arquitectónicos simple lejos de cualquier historicismo.​ Su arquitectura se acerca a la pintura metafisica de Giorgio De Chirico y al realismo mágico​ produciendo un monumentalismo severo y contenido. 

El conocimiento profundo del Románico Lmbardo, a partir del su proyecto de la Universidad Católica, se convirtió para Muzio en un referente imprescindible en el diseño y en una extraordinaria capacidad para integrar o ampliar estructuras históricas.

Asi mismo, los estudios del gótico francés y de la arquitectura moderna contribuyeron, junto con su amplia formación en ingeniería, al estructuralismo constructivo de sus obras maduras. El sistema constructivo de los "huesos" y la "piel" constituye el principio básico que adopta Muzio para hacer claramente legible la estructura portante bajo el revestimiento de la fachada.


OBRAS MAS SIGNIFICATIVAS DE GIOVANNI MUZIO

El edificio de viviendas conocido como "Ca' Brütta, en la via Moscova de Milán y construido en 1922, se convirtió no solo en su obra temprana más significativa, sino sobre todo, en el manifiesto del Novecentismo en Milán.

Este edificio surge de un inteligente invento tipológico e iconográfico, que se adapta al lugar, creando un gran eje de conexión entre la nueva estación del ferrocarril y el centro de la ciudad. Además, esta obra fue a la vez una crítica fundamental del abuso repetitivo, banal y retórico, de la aplicación ornamental existente hasta entonces.

  

CA BRUTTA. MILAN 1922.


CA BRUTTA. MILAN 1922.


Cuando se finalizó la obra de la Ca Brutta, la burguesía y la prensa desencadenaron una fuerte critica y una reacción explosiva contra la edificación. Aludiendo a la figura de "barracones de alquiler abarrotados", el complejo fue acusado de estar "afectado por el lues (sifilis) de Berlín ", y de ser  el resultado de una "fantasía arquitectónica loca o trastornada ". También se proponía el demoler el edificio. Desde entonces se le conoce con la expresión dialectal lombarda “ Ca' Brütta ” (Casa Fea).

Hoy es difícil entender esta reacción violenta. Sin embargo, para los ciudadanos de la década de 1920, Ca 'Brütta abandonaba las costumbres milanesas y el " buen gusto" de las reglas arquitectónicas, como eran la composición y ornamentación de las fachadas, y mostraba un uso irresponsable y sin escrúpulos del vocabulario clásico en una sintaxis desequilibrada.Muzio dividió el bloque general en dos edificios separados por un camino privado, uno con un cuerpo en línea y el otro con un edificio con patio interno, conectando ambos con el camino principal y con el motivo del arco entre ambos, lo que genera una única entidad arquitectónica.

Muzio dividió el bloque general en dos edificios separados por un camino privado, uno con un cuerpo en línea y el otro con un edificio con patio interno, conectando ambos con el camino principal y con el motivo del arco entre ambos, lo que genera una única entidad arquitectónica.

La composición de los edificios también contribuyó a la creación de "condiciones de aire y luz muy favorables para todas las habitaciones", tema central de lo moderno, permitiendo la creación de nuevos espacios aireados con la pérgola sobre el arco de conexión y las terrazas de la azotea.

 



CA BRUTTA. MILAN 1922.

CA BRUTTA. MILAN 1922.

CA BRUTTA. MILAN 1922.

CA BRUTTA. MILAN 1922.


En 1930 Muzio concluyó el Templo de la Victoria y el Monumento a los Caidos. Esta es una sus obras mas cargadas de referencias, de expresividad y aspectos alegóricos. El resultado es un suntuoso templo de planta octogonal dentro de un recinto rectangular que reproduce el tamaño y la orientación del atrio de la contigua Basilica de San Ambrosio.


TEMPLO DE LA VICTORIA Y MONUMENTO A LOS CAIDOS MILAN 1930.
 
TEMPLO DE LA VICTORIA Y MONUMENTO A LOS CAIDOS. MILAN 1930.

 
En el Palacio de las Artes (1933)  Muzio experimenta nuevos cambios buscando el estilo nacional y romano sugerido por Piacenttini. Se implanta la expresión del binomio tradición-modernidad con un funcionalismo critico renacido.

PALACIO DE LAS ARTES. MILAN 1933.


El trabajo realizado por Muzio es extensísimo. Para ver su evolución y la calidad de su arquitectura sirva el siguiente glosario cronológico de sus obras más significativas. 


  CLUB DE TENIS. MILAN. 1926.

  CLUB DE TENIS. MILAN. 1926.

SANTA MARIA ANUNCIATA. MILAN. 1932.

SANTA MARIA ANUNCIATA.MILAN .1932.

 UNIVERSIDAD CATOLICA SAGRADO CORAZON. MILAN 1934

 EDIFICIO DE VIVIENDAS EN VIA AMPERE. MILAN.1935.

 EDIFICIO BONAITI E MAGULONI. MILAN. 1936.


  EDIFICIO BONAITI E MAGULONI. MILAN. 1936.

    PALACIO ARENGARIO MILAN. 1937.

    PALACIO ARENGARIO MILAN. 1937.

CONVENTO  ANGELICUM. MILAN. 1942

CONVENTO  ANGELICUM. MILAN. 1942

PALACIO DE INFORMAZIONE. MILAN. 1942.

 VIVIENDA VIA GONZAGA. MILAN. 1950.


POLITECNICO DE TURIN. 1958

SAN JUAN BAUTISTA  EN CRETA . MILAN. 1958

PALACIO INA. ROMA. 1967 

PALACIO INA. ROMA. 1967 

TORRE TURRATI. MILAN 1968


PALACIO BANCA COMERCIALE. MILAN 1969.




PROXIMAS  ENTREGAS :

- ARQUITECTOS EN LA OTRA ORILLA (3). PAUL BONATZ Y LA ESCUELA DE STUTTGART.

- ARQUITECTOS EN LA OTRA ORILLA (4). MICHIEL DE KLERK Y LA ESCUELA DE AMSTERDAM.

 - ARQUITECTOS EN LA OTRA ORILLA (5). PAUL SMICHTHENNER Y LA TRADICION      ALEMANA.



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