APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


lunes, 27 de noviembre de 2023

VOLVIENDO A MIES

 

        

Le pregunto a un ilustrado colega sobre cual es el momento arquitectónico en que nos encontramos y, tras dudar un instante, concluye que en la arquitectura actual no existe un frente único, sino un conjunto de distintas corrientes que se cruzan y entrelazan. O, como dirían los cursis, una confluencia de diversas sinergias que se retroalimentan.

Así que me quedo igual que estaba.

Lo cierto es que yo, anteriormente, me lo organizaba bastante bien con esto de la arquitectura, pero tras el lio de los postmoderns, el deconstructivismo, la arquitectura bloboidale, la anarquitectura, el neofuncionalismo, la dis-arquitectura, el landform y otras tantas tendencias que no se ni como se llaman, la verdad es que hace tiempo que me pierdo un poco.

Hasta hace unos años me parecía relativamente fácil manejar "el-quien-es-quien" de la arquitectura contemporánea. El árbol genealógico era relativamente sencillo y hasta se podía ordenar cronológicamente en sentido vertical y  horizontal. Los organicistas por aquí, los racionalistas por allá, los antiguos historicismos por arriba, el posmodern por abajo, la Tendenza a un lado, los Metabolistas al otro, etc., etc. Todo parecía bastante claro. Pero en los últimos tiempos la cosa se complica. Se me dice que es porque ahora estamos en la transversalidad permanente. Presumo que, también, en una perversa diagonalidad que justifica todo dislate.

Este desconcierto personal tal vez se deba a la cortedad de la perspectiva desde la que miro. Añádase a ello, además, la habitual confusión en que uno vegeta a pesar de tanta revista especializada, del tan agobiante torpedeo de imágenes y de la mezcolanza de tanto congreso monotemático, de jornadas avanzadas, de mini-jornadas aún más avanzadas, de conferencias, de mesas de trabajo y de todo lo que aterriza por la pantalla del ordenador. Finalmente concluyo que, tal vez, mi general despiste sea precisamente por todo ello. Los AsymptoteKengo Kumani-architecsmad officePei-Zhu, y tantos otros, revolotean imparablemente a mi alrededor y me producen el natural trastorno. Son tiempos pantanosos y de mudanza.

Así que, de vez en cuando y mientras intento reciclarme y ponerme al día (prometo colgar un organigrama actualizado en cuanto lo tenga claro), vuelvo la mirada hacia atrás para pisar tierra firme y rescatar viejas sensaciones y posos de nuestra querida arquitectura que en su día me alegraron o sorprendieron y que ahora, en estos tiempos del rumiar, me entretienen y animan.

Y para ello, ¡cómo no!, vuelvo a Mies. A nuestro Mies.

 

MIES VAN DER ROHE EN 1912