APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


sábado, 4 de junio de 2022

CITA CON ALGUNOS PEQUEÑOS RETAZOS DE FELICIDAD

 En Marzo de 2012 publiqué en este blog un artículo titulado "La Cárcel Encarcelada. Manual de Urgencia para Cándidos Ciudadanos.”

En él me refería a las nefastas torres de oficinas (cuatro y de iniciativa pública autonómica) que aparecieron en su día, como si nada, y de la mano de nuestros queridos gobernantes en el entorno inmediato, por no decir encima, del edificio de la antigua Cárcel Modelo de Valencia.

Como allí comentaba, son unas torres que, a bocajarro, no solo destrozan y ocultan el edificio carcelario primigenio, negando cualquier intento de aproximación razonable a este, sino que también me parecen muy vulgares.

En dicho artículo, además de exponer y comentar las cuestiones urbanísticas, edilicias y políticas de su gestación e implantación, constataba que mi crítica no era la única. Un buen número de colegas y otros amantes de la arquitectura también se tiraban de los pelos ante este dislate.

  

TORRES DE OFICINAS PUBLICAS AUTONOMICAS RODEANDO
 EL EDIFICIO DE LA  ANTIGUA  CARCEL MODELO DE VALENCIA

Como no se trata ahora de reincidir en aquellos mismos términos, solo decir que uno se mantiene y reafirma en lo allí dicho . (pinchar aquí para leer el articulo)

Las imágenes finales que presentan estas intrusoras torres en su perenne asalto al edificio original, y obligan al cándido ciudadano a soportarlas todo el tiempo, son de este porte :

  

      © Pablo J. López Hernández.2012. 

 © Pablo J. López Hernández.2012. 

 © Pablo J. López Hernández.2012. 


 © Pablo J. López Hernández.2012. 

                                                                  

                                                                 ------------------------------

 Pero he aquí qué, a veces, Dios existe. Por caminos insospechados, y de pura carambola, he percibido en estas torres unas circunstancias que, al menos, nos otorgan a los sufridos ciudadanos un respiro y una pequeña brisa de satisfacción. Y al Cesar lo que es del Cesar.

 Resulta que la semana pasada, sobre las 15:00 h. P.M. aproximadamente y conduciendo el coche, me aproximaba hacia mis torres “predilectas” por el vial que emboca a ellas en sus caras con orientación sur. No es un trayecto muy habitual en mis insignificantes periplos diarios. Como siempre, la perspectiva de la antigua cárcel seguía estando oculta y sin rasgos de su existencia. 

Pero el sol, desde su posición cenital comenzaba a declinar lentamente y  ¡ oh maravilla !  la visión que se apreciaba de sus fachadas al sur era la de estos maravillosos planos relucientes, dorados y  soberbios.

 

 © Pablo J. López Hernández.2022. 

Confieso y reconozco que las fotos que hice, teléfono en mano en plan paparazzi y a toda prisa desde el mismo automóvil en movimiento ralentizado (imposible el detenerse en aquel río de trafico), infringían claramente cualquier sensata norma de circulación y que mi arrebato fotográfico fue, naturalmente, justo merecedor de las increpaciones e insultos de los otros conductores cercanos, menos sensibles a estas veleidades artísticas, e incapaces de entender mi ansiedad por obtener las instantáneas desde tan puñetera posición. (Omito las descalificaciones recibidas).

Solo en mi defensa puedo alegar que si lo hice así fue porque no sabía entonces, o mejor dudaba, si esas mágicas imágenes se repetirían habitualmente o solo durante ciertos días y momentos. Y así sucede (mejor dicho, no sucede) en efecto. He vuelto posteriormente a la misma hora, más relajado y en modo peatón y, por los azares de la elíptica solar o por lo que sea, la excelsa panorámica no era ya exactamente la misma. Parecida si, pero no la misma. 

Así que habrá que esperar al año próximo, mismo día y misma hora, que es, por lo visto, cuando toca  el milagro.


PEQUEÑOS RETAZOS DE FELICIDAD
 © Pablo J. López Hernández.2022. 

 

Pero también, tras este hallazgo, a uno le surgen algunas cuestiones que le parecen de razón:

¿Tenían los autores de estos inanes edificios consciencia de que esta pequeña maravilla se produciría?. ¿Eran conscientes, en su caso, de que se plasmaría solo en ciertos momentos de fechas señaladas?.

¿Eran conocedores de que esos brisoleis horizontales (insulsos cuando no les da el sol, e incluso cuando lo hace a veces) alcanzarían, por los milagros de la refracción compuesta o vete tú a saber porqué, estos momentos sublimes, cual piel de oro, dignos de los pinceles de los mejores maestros de la escuela flamenca o del más brillante prerrafaelismo?.

¿Era esta maravilla el fruto de una madura reflexión proyectual, o hija del caprichoso azar de la madre naturaleza?. 

¿Sabían nuestros colegas lo que se hacían y yo no era más que un ignorante bocazas que no había reparado en esta genialidad?

Y sobre todo, desde el punto de vista antropológico y psicosomático, ¿como resarcir a los sufridos ciudadanos residentes en las zonas del norte que, desde sus cotidianas ventanas, soportarán eternamente el lúgubre perfil de las torres y jamás podrán disfrutar de este trocito de paraíso.? 

Uno reflexiona sobre todos estos temas con respeto y humildad y, finalmente, siempre le asaltan las mismas dudas………  Solo la experiencia le dice, que tal vez, las respuestas a estas diatribas no estén únicamente ni en lo uno ni en lo otro. O, paradójicamente, en todo a la vez y al mismo tiempo, y no siempre en las secuencias lógicas y esperadas por nuestro pretencioso y racional conocimiento. 

Pero la verdad es que a lo largo de las restantes y tristes horas que se suceden imperturbables, día tras día, las torres siguen pareciéndome muy sosas. Y por supuesto, su pecado original de permanente agresión y cerco a lo construido anterior, se mantiene constante. 

Solo por fortuna para el ciudadano y únicamente en ciertos instantes de algunos días, cuando los astros y los dioses se concilian, se produce el milagro.

Yo ya espero, ansioso, la próxima cita.  


Nota.- Con todo este éxtasis, ante lo bello y sus corolarios, me doy cuenta que no he dicho el día y la hora exacta en que se produjo el milagro. En el parte de la Policía Local, en la multa que me pusieron por obstrucción del trafico en vía publica, lo debe poner. Lo busco y os lo paso.... 

 



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