APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


“Nada es tan peligroso en la arquitectura como tratar los problemas por separado”
Alvar Aalto


miércoles, 18 de septiembre de 2013

MAGGIE´S. LA ARQUITECTURA DE LA VIDA.



A Maggie Keswick  le disgnosticaron un cancer de mama en Junio de 1993.

La metástasis se extendió posteriormente a su hígado y a sus huesos. Con un pronostico de vida de tres meses, sobrevivió otros dieciocho y murió, en Julio de 1995 cuando tenia cuarenta y nueve años. Su póstumo relato "A View from the Front Line " es un conmovedor compendio de las sensaciones, quimeras, miedos, y esperanzas que experimentó en aquellos años.

Maggie fue la esposa de Charles Jencks, arquitecto e historiador de referencia de la arquitectura posmoderna y, colaborando en sus proyectos, alcanzó un personal y particular reconocimiento en temas de ordenación del paisaje.

La actividad profesional de Jenks, la voluntad de resistencia de Maggie contra la enfermedad, y el común y acusado espíritu de solidaridad con los enfermos en similares circunstancias, hizo que aún en lo trágico de su particular situación, ambos sintieran la necesidad de explorar y profundizar en como ayudar a mejorar los protocolos y las terapias de curación del cáncer, y en el papel que la arquitectura podía desempeñar en esta lucha. Este fue el germen de los Maggies Cancer Caring Center conocidos familiarmente como los Maggie´s.

La personalidad de Maggie y su espíritu valiente e inconformista resultó fundamental. Al tiempo que inmersa en su propia lucha personal, alentada por su marido, trabajó y colaboró hasta el desenlace final de su enfermedad en el diseño y desarrollo del centro piloto que proyectó Richard Murphy, arquitecto y amigo de ambos. Financiado por el propio matrimonio, el primer Maggie´s abrió sus puertas junto al Hospital General Occidental de Edimburgo, en 1996, justo un año después de su muerte.

Maggie´s Center en Edimburgo. Richard Murphy 

Tras la pérdida de Maggie, Charls Jenks ha proseguido con esta tarea y un rosario de nuevos centros han ido floreciendo sucesivamente. Su profesión y su prestigio le han permitido involucrar tanto a personalidades públicas, médicas y científicas y, por supuesto, a otros arquitectos que han puesto lo mejor de ellos en desarrollar la idea, según la cual, una arquitectura íntimamente humana podía ayudar a mejorar la vida y las tasas de supervivencia de los enfermos de cáncer.

La acogida y el éxito de los Maggie´s han resultado formidables. En la actualidad se han construido once centros en Inglaterra y se trabaja en la planificación de otros tantos, uno posiblemente en Barcelona. En sus diseños han participado, desinteresadamente, arquitectos de primera talla mundial como Frank Ghery, Zada Hadid, Richard Rogers o Kisho Kurokawa.  Y ello ha llevado a aumentar la popularidad de estos establecimientos y la curiosidad por conocerlos y utilizarlos.


Maggie´s Center en London.  Rogers Stirk Harbour + Partners 

Maggie´s Center en South Wales. Kisho Kurokawa

Maggie´s Center en Fife. Zada Hadid

Maggie´s Center en Higlands. Page/Park

Maggie´s Center en Nottingham.  Piers Gough CBE

Los Maggie´s son centros de atención autónomos e independientes de los hospitales. Su principio básico es que deben ser como "paraísos" donde el enfermo no se sienta un objeto pasivamente llevado, de aquí para allá, y con mínimo protagonismo en  elegir la forma en que quiere afrontar esos momentos tan difíciles para el y para su familia.

Con un sincretismo cultural sin complejos, en los Maggie´s se facilita la mayor cantidad de información posible sobre las ayudas y terapias, tanto desde el punto de vista más estrictamente medico, como desde otras variantes alternativas de tipo dietético, ocupacional, filosófico, e incluso artístico, de manera que cada enfermo planifica, junto con su equipo médico, su particular camino de autoayuda amoldado a su propia personalidad.

La relación y el intercambio de experiencias cotidianas entre los propios enfermos y entre sus familiares son un  factor clave de vital importancia.


Maggie´s Center en Edimburgo. Richard Murphy 

La arquitectura de estos establecimientos se ha convertido en una cuestión primordial y los sucesivos arquitectos que han intervenido se han aplicado a ella con lo mejor de si mismos. Cuando se entra en un Maggie´s se respira una atmósfera de confortable acogida y un entorno cercano y familiar.

Voluntariamente opuestos a la opresiva arquitectura de los insufribles macrocentros hospitalarios, y a sus interminables pasillos repletos de ingratas luces de neón, los Maggie´s son espacios con vocación doméstica, ajenos a la claustrofóbica compartimentación de salas, gabinetes y despachos al uso. 

Siendo centros de pequeñas superficies son versátiles y multifuncionales. En ellos todo esta a la vista y a la mano.

Estos centros son en realidad unos cuidados espacios de comunicación e intercambio de sentimientos. Bien frente a una confortable chimenea, bien en estratégicas zonas de cocina,  al prepararse un café o un sanwich, se pueden compartir las propias experiencias cotidianas entre unos y otros enfermos, lejos del secretismo e incluso de la forma vergonzante en que a veces se ocultaba esta enfermedad. Su concepción es para que funcionen como espacios de una gran familia.

Maggie´s Center en NewCastle. Ted Cullinan

Las imágenes de tranquilidad e incluso de sorpresa que inspiran también ayudan a su fin. Incluso con algún toque de humor y en contraposición a los envarados hospitales tradicionales. Los Maggie´s resultan, a primera vista, simpáticos. Un usuario del centro diseñado por Gehry comentó que: "al entrar sentí que el edificio me envolvía en amor, y lo  primero que hice fue sonreír. Todo el edificio te hace sonreír".

Maggie´s Center en Dundee. Frank Ghery

La confianza en esta forma de ayudar a la salud de las personas ha contagiado hasta a los mismos arquitectos intervinientes. Cuando Ted Cullinan diseñó el Maggie´s de Newcastle habló fervientemente de la arquitectura como de "una intensa investigación acerca de la manera de intentar lograr un resultado moral a través de medios estéticos". Aunque, como luego aclaró, en su caso su intención era más modesta : "solo hacer una cosa bella, ¡como un edificio que tomaba el sol!"

Maggie´s Center en NewCastle. Ted Cullinan


Los Maggie´s intentan  transmitir optimismo e ilusión. Sus cristaleras se vuelcan y recrean los jardines y cielos. Su inusual, y a veces irreverentes formas, ayudan a acercarse a ellos con curiosidad. Son como un club al que puede acercarse en todo momento cualquier enfermo para recobrar las fuerzas y la energía de vivir.

Maggie´s Center en London.  Rogers Stirk Harbour + Partners 


Charles Jenks ha recopilado la teoría y las experiencias de los Maggie´s en su libro " La Arquitectura de la Esperanza". 

En el aborda el problema de los actuales y modernos centros hospitalarios de gran escala, cuestionando valientemente incluso su ortodoxia médica hiperfuncionalista, fría e industrializada.

Y ante quienes han criticado a los Maggie´s, por un excesivo y desmesurado intento de protagonismo formal, o de incluso intentar suplantar a la misma medicina, Jenks, que aboga por la existencia de una intima relación entre arquitectura y salud, contesta que no se trata de establecer una formula determinista entre ambas y que es evidente que la simple visión y disfrute de un cuidado espacio, de una bien diseñada escalera o de un sugerente jardín no curarán, por sí mismos, un tumor maligno; pero si se produce lo que llama el "efecto placebo arquitectónico" y el espacio y el diseño funcionan positivamente en este sentido, es obvio que todo el entorno incidirá  psicológicamente en el enfermo y, a través de un mecanismo de retroalimentación, es muy posible que le ayude a tomar una actitud emocional más positiva y vigorosa en el camino de su propia terapia y curación.

La experiencia de los Maggie´s nos reconcilia con el lado mejor del genero humano. También, y en su justa medida, con la arquitectura y con su función de servicio a las personas. Este sentimiento no es, ni ha sido nunca, ajeno para los arquitectos. Junto a las archiconocidas fírmitas, utilítas y venustas, existen también otros componentes éticos y morales que impregnan su labor desde el mismo instante en que se dibuja la primera traza sobre un trozo de papel.

La arquitectura, afortunadamente, es mucho más que juntar ladrillos y hormigón.
                                         
                                                                          -----o-----

Para ver el listado completo de los centros, sus imágenes, y sus arquitectos, pinchar aqui 

1 comentario:

  1. Maravillosa herencia nos deja esta mujer Maggie, los hospitales actuales y sus urgencias, así como sus salas y habitaciones...son lugares que potencian el stress y el miedo a la enfermedad. Buscar la amabilidad en el entorno físico y en el humano, ayudan a tener esperanza y a curarse...

    ResponderEliminar