Así llamaba la actriz Nuria Espert a esta casa cuando, a finales de los años sesenta, ubicó su deseada morada en la costa castellonense de Alcossebre frente al Mediterraneo.
Son muy conocidas las peculiares circunstancias de la génesis de la misma ya que la actriz las ha comentado en diversas ocasiones:
“Yo quería
hacerme una casa junto al mar. No. Debería decir : Yo tenía que hacerme una casa junto al mar. Habíamos comprado el terreno y urgía construirse un lugar,
una guarida donde reflexionar y lamerse las heridas. Había ya hecho unos planos
que siempre sentí extraños a mí, ajenos, indiferentes, y que avanzaban inexorables
hacia su realización sin despertar en mí el más mínimo afecto. Pensé que
simplemente no me gustaban las casas, no las amaría nunca y eso eliminaba las
exigencias y la vigilancia.
Un día
me encontraba ante la televisión de mi piso de Barcelona comiendo un huevo
frito. Estaba sola. El locutor hablaba de un arquitecto español de gran
talento: yo oía sin escuchar. Levanté los ojos a la pantalla : ¡ahí estaba! Mi
casa era esa: abierta e íntima, luminosa y recogida, clásica aparentemente,
siendo cada volumen una investigación aventurera que yo quería compartir con el
arquitecto”.
Me volví
Miss Marple hasta encontrarlo; le rogué y suplique hasta que por agotamiento
accedió a diseñarnos la más bella casa del mundo. Para mí lo es. La casa me
ahorra el psiquiatra. Me tranquiliza y sosiega solo con acogerme. Está llena de
lugares aun no vividos que aguardan, pacientes, a que yo envejezca para
merecerlos. Mi casa. Tengo una casa.” (Nuria Espert.
Mayo de 1984.)
Dada la particular personalidad, tanto la del arquitecto como la de la clienta, esta mera relación profesional dio paso a una profunda admiración mutua. “Él me preguntaba por el teatro y tenía mucho sentido del humor”, recuerda Espert. “Era inteligente y culto, pero también modesto, sencillo y con una naturalidad con la que hacía frente a su talento sobrenatural”.
Desde entonces, el arquitecto mantuvo una “sincera amistad” de años con la Espert y su marido y, finalmente, ni siquiera aceptó compensación económica alguna por su trabajo.
El arquitecto era Fernando Higueras. La casa ha sido luego muy conocida y publicada.
Casa Espert.1971. Imagen de archivo AIMAR. |