APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


domingo, 22 de julio de 2012

CHAPUZILLAS EN EL RIO VERDE



Como el trabajo escasea, hay más tiempo para otras cosas. Por ejemplo para mirar. A mi me gusta mucho mirar. ¿Y a quien no?. Hoy, paseando, me he asomado a mirar  los pretiles y los viejos muros del cauce del rio Turia en su paso por nuestra querida Valencia.

Como ahora ya no pasa el agua por el cauce y su antiguo lecho se ha convertido en un serpenteante parque, ahora se pueden observar bien los muros desde donde se tienen que mirar estas cosas, o sea, desde abajo. 

En la Escuela de Arquitectura me enteré que los muros del cauce, ahora verde parque, eran una cosa muy bien hecha. Luego descubrí que la construcción y mantenimiento estaba en manos de la Fabrica Vella de Murs i Valls, y Nova, Rita del Riu cuyo origen se remonta al año 1251. Y, ciertamente, aquellos maestros constructores sabían lo que se llevaban entre manos.


Muro del Rio Verde.
© Pablo J.López Hernández


Los muros originales son de magnifica factura. Un perfecto ejemplo que del buen conocimiento de la estereotomía tenían aquellos picapredreros de antaño. Incluso a muchos de nosotros nos costaría hoy el representar algunas de estas piezas dibujadas correctamente en planos. Ejecutados con sólidos sillares de piedra los muros han soportado muy bien el paso del tiempo, riadas incluidas. Estos muros se arriostran con bellos contrafuertes, algunos en perfecto estado y otros con heridas y desperfectos que nadie se ha preocupado en reparar y reconstruir.(claro, porque ya no están los de Murs e Valls...).

Contrafuertes  Muro del Rio Verde.
   © Pablo J.López Hernández 
Contrafuerte herido y olvidado
   © Pablo J. López Hernández 

También, como somos como somos, en nuestros nobles lienzos se han ido cometiendo una serie de incontroladas chapuzillas.

Primera chapuzilla : la aparición de ciertos tristes paños al sustituir algunas zonas dañadas de los muros. Estos injertos en la obra original se denominan, como en las clases de construcción nos enseñaron, de "mampostería ordinaria no concertada". Y nunca mejor dicho pues estos remiendos son realmente ordinarios, desconcertados, e infames en este contexto. 

  Mamposteria de turron.  © Pablo J. López Hernández
          

Esta forma de ejecutar la  mampostería consiste, en realidad, en un chapado, generalmente de poco espesor, con piezas de formas y proporciones irregulares y en las que las juntas de cemento, de un gris feo y enmohecido, componen una maraña que, ni de lejos, se asemejan  a los sólidos y antiguos sillares. En la jerga local se les llama "mamposteria de turron" (del duro). Su parecido a éste, y el vulgar resultado kitsh no necesita mayor explicación.  Quedarían mejor hasta de plástico (creo que ya los hay). Y al menos no se mentiría.

Y como parece que hasta lo del turrón se acabó (¿falta de presupuesto? , los últimos remiendos se han realizado, sin miramiento alguno, con descontroladas bandas de hormigón a-lo-que-salga-y-como-quede.

Banda de hormigón  a lo que salga y como quede.
  © Pablo J. López Hernández


Segunda chapuzilla : En los muros también hay gárgolas que vierten las aguas de las calzadas al río hoy ausente. Las originales son muy sobrias y eficaces. Con generosos voladizos y una economía formal lógica y sencilla cumplen muy bien su función.


Gargolas originales.  Muro del Rio Verde.  © Pablo J .López 


Pero no se puede decir lo mismo de las gárgolas-chapuzas aparecidas posteriormente, porque ni son gárgolas ni son nada. Solo son simples tubos, de polietileno o algo así, cortados a tope y aberrantemente enrasados en la cara del muro. Yo creo que hasta se han dispuesto así para que no se note mucho su magnifica cutrez. Lo lamentable es que todas estas soluciones corresponden a nuestros tecnológicos tiempos modernos.



Gárgola engendro  en Muro del Rio Verde.
  © Pablo J. López Hernández


Tercera chapuzilla :  Se trata de una banda de cemento, superficial y continua, de dos o tres dedos de anchura que cual, culebrilla caprichosa, va recorriendo y serpenteando a lo largo de nuestros amados muros. Tras su detenido estudio se concluye que se trata presumiblemente del inteligente método de ocultación de antiguos cables de corriente eléctrica para supuestos focos de iluminación ahora ya inexistentes.



Cable  culebrilla
 © Pablo J .López Hernández  .



Estos falseados para los impropios cableados, con su relleno de cemento a flor de piel (mejor dicho, a flor de muro), van de ninguna parte a ninguna parte y han quedado estúpidamente olvidados. Son como unas cicatrices que nunca acaban de curar.

En fin, un poco de lío y pequeños dislates en los muros del cauce nuestro amado río, ahora, verde.¿Incultura manifiesta en lo del turrón?. ¿Total desprecio o falta de presupuesto en los parcheados de hormigón a-lo-que-salga?. ¿Prisas y desgana en lo de las gárgolas y el cable-culebrilla ?. Seguramente un poco de todo.

Si los de Murs e Valls despertaran, y vieran como tratamos nuestros nobles muros, algún sillar nos tirarían merecidamente a la cabeza. 

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