Repasando algunos edificios de Frank Lloyd Wrigt y recordando algunos versos de Oliverio Girondo, no he podido resistirme a elucubrar sobre la semejanza de estos dos personajes tan distintos, e incluso antagónicos, y en como persiguieron ambos el mismo objetivo en su trayectoria vital.
![]() |
Frank Ll. Wright |
Frank Lloyd Wright (1867-1959) fue audaz y apasionado. Y su vida personal es casi tan interesante como sus obra. Se casó nueve veces y se arruinó otras tantas. Marcado por experiencias vitales, tan dolorosas como el asesinato de su segunda esposa y de sus hijos, o el incendio, en tres ocasiones, de su refugio de Taliesin, no se arredró ante ninguna de éstas circunstancias y con su fuerza vital siempre las superó.
Dandy y coqueto, amante continuo de mujeres dispares, "bon vivant", disipador de fortunas y maestro en "sablear" a sus amigos, recorrió las distintas escalas sociales y económicas cual pez en el agua.
Arrogante y vanidoso, se enfadaba terriblemente cuando en algún periódico leía que era sin duda "el mejor arquitecto americano" y con su gran ego a la espalda vociferaba : ¿Como sin duda el mejor arquitecto americano?. ¡Soy el mejor arquitecto del mundo.!
Oliverio Girondo (1981-1967) fue todo lo contrario.
![]() |
Oliverio Girondo |
Nacido en Buenos Aires, y de "buena" familia adinerada, recibió la educación esmerada y snob de la época. Estudió Derecho, aunque nunca lo ejerció como tal, y vivió su vida sin sobresaltos en un ambiente rutinario totalmente discreto, cómodo y sin sorpresas.
Romántico, poeta, tímido y enamoradizo es, sin duda, el mayor poeta argentino hasta el momento.
Se permitió hacer incursiones en el surrealismo estableciendo contactos con los máximos poetas exponentes de la vanguardia europea de su tiempo.
Aunque sufrió una dura enfermedad en sus últimos años su vejez, al igual que su vida, fue cómoda, tal vez monótona, pero sin preocupaciones materiales.
Pues bien, ¿que asemeja a estos dos personajes tan distintos en su personalidad y en su deambular por la vida?. Es muy posible que jamás se conocieran personalmente, o que solo vagamente uno supiera de la existencia del otro. Pero había algo en lo que, de poder conversar cara a cara, siempre hubieran coincidido : ambos querían que sus obras tuvieran una cualidad superior y que se elevaran sobre lo circundante: que "volaran".