"La Arquitectura no son cuatro paredes y un tejado sino el espacio y el espíritu que se genera dentro".
Lao Tsé
Quizás el enunciado de este artículo no sea el preciso. Se podría titular, con más cualidad, "Como vivir un edificio" o “Como sentir un edificio”. Pero también esta pretensión pudiera ser demasiado ambiciosa para el alcance y formato de estas líneas.Y no se trata aquí de emular otros textos, más versados y conocidos en esta materia, ni el establecer rimbombantes conceptos académicos o enunciar posibles guiones para tesis con ribetes doctorales.
Constato más bien, tras releerlo, que el resultado final oscila entre un fondo de registros emocionales y de puras sensaciones. Incluso es posible que, algunos colegas, lo encuentren primario o superficial. Si es así, lo doy por válido, pues solo pretende ser una liviana aproximación a algunas ideas de lo que pueda querer ser y representar la arquitectura y el sugerir ciertas claves para que, cuando cualquiera de nosotros mire un edifico, no vea solo hormigón, ladrillos o acero, e intente cuestionarse el porque de su razón de ser, de su morfología o de su lenguaje singular. Y así, al tiempo, comience a soslayar las supersticiones y lugares comunes que se repiten continuamente en este arte.
Como regla general de conocimiento y aproximación a un edificio en particular, y a la arquitectura en general, solo diré esta : Cualquier camino es posible y nada esta escrito o sobreentendido. Solo es preciso saber escuchar a nuestros sentimientos.