En la planta baja de distribución de la casa del Fascio (1934), Giuseppe Terragni nos deja una sutil disonancia, un deliberado gazapo que apenas es perceptible en una primera vista.
Dejo al sagaz lector para que lo descubra. Y lo que es más intrigante ¿porque lo hizo?.
APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE
APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE
Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está
"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi
"No habrá otro edificio"
Louis Kahn
miércoles, 25 de junio de 2014
domingo, 1 de junio de 2014
LAS VIVIENDAS DE KAHN
Tras la primera generación de arquitectos del Movimiento Moderno, con Le Corbusier, Mies Van de Rohe y Walter Gropius a la cabeza, y la figura sobresaliente en la segunda de Alvar Aalto, Louis Kahn es, sin duda alguna, uno de los maestros de la tercera generación.
La personalidad de Louis Kahn es compleja y enigmática. Casado y con una hija, mantuvo al mismo tiempo relaciones sentimentales con otras dos mujeres de las cuales, a su vez, tuvo un hijo y otra hija sin que nadie supiera de la existencia de unos y otros. En su infancia, con una niñez humilde y desgraciada, y en sus años de juventud con la perspectiva constante de perder la vista no lo tuvo fácil. Dada su estirpe judía siempre se lamentó de no conseguir construir una sinagoga en Jerusalen. Murió de un ataque al corazón en los lavabos de la estación de Penn de Nueva York, en 1974, cuando volvía de uno de sus solitarios y lejanos viajes tras revisar la construcción del Centro Gubernamental de Dacca. Permaneció tres días en el depósito de cadáveres sin que nadie pudiera identificarlo.
La personalidad de Louis Kahn es compleja y enigmática. Casado y con una hija, mantuvo al mismo tiempo relaciones sentimentales con otras dos mujeres de las cuales, a su vez, tuvo un hijo y otra hija sin que nadie supiera de la existencia de unos y otros. En su infancia, con una niñez humilde y desgraciada, y en sus años de juventud con la perspectiva constante de perder la vista no lo tuvo fácil. Dada su estirpe judía siempre se lamentó de no conseguir construir una sinagoga en Jerusalen. Murió de un ataque al corazón en los lavabos de la estación de Penn de Nueva York, en 1974, cuando volvía de uno de sus solitarios y lejanos viajes tras revisar la construcción del Centro Gubernamental de Dacca. Permaneció tres días en el depósito de cadáveres sin que nadie pudiera identificarlo.
Una de su frases favoritas era "La carencia y la necesidad producen poco; las grandes cosas llegan gracias a las aspiraciones y las promesas". La otra era "No habrá otro edificio".
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