APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


miércoles, 6 de marzo de 2013

PAUL RUDOLPH Y LA ESCUELA DE SARASOTA




"Nunca pueden resolverse todos los problemas.... Por cierto, es una característica del siglo XX, que los arquitectos sean altamente selectivos en determinar que problemas quieren resolver. Mies, por ejemplo, hace edificios magníficos solo porque ignora muchos aspectos de los mismos. Si resolviera más problemas, sus edificios serían menos potentes." 
                                                                                                                        Paul Rudolph

Paul Rudolph (Elkton, Kentuky 1918 - Nueva York 1997), siempre ha sido  un arquitecto controvertido. Aupado en su día, después relegado, y últimamente en creciente reconocimiento, su obra no deja indiferente a nadie. Su edificio  para la Yale´s Art and Architecture School, de la que fue decano, sigue siendo objeto de polémicas controversias y de alguna que otra leyenda urbana. En su día corrió el malévolo rumor de que el incendio que lo devastó, en 1968, fue producido por algún estudiante harto de su insufrible "funcionalidad".


Yale´s Art and Architecture Scholl. 1963.Paul Rudolph. © AIA


Ajeno a todo ello, Rudolph solía decir a sus alumnos que era feliz porque en la arquitectura estaba todo el proceso que necesitaba saber. Apasionado, defendía que la estructura era el factor determinante del diseño, posición que mantuvo en la exigencia constante de sus proyectos y en su trabajo como investigador y docente. Sus alumnos, algunos ilustres como Foster o Richard. Rogers, le recuerdan como el profesor más exigente, pero también como el más entregado y generoso, con total disponibilidad las veinticuatro horas del día.

Paul Rudolph fue el campeón de la arquitectura mayestática y brutalista. 

 Centro Guberamental de Orange. Nueva York. 1960.© AIA

Tracery Towers. Nueva York. 1980.© AIA

Oficinas Bourrogs. North Carolina 1969.© Fundacion Paul Rudolph

Wisma Dharmala Sakti. Jakarta.1982.© Peter Aaron

 Due Building. Singapur.1985.© Peter Aaron


Riverwie High School. Sarasota 1960.©Gator


Lippo Centre. Japon. 1988. © P.Aaron


Milam Residence. Jacksonville. Fl.1961. © Casacara



Su obra ha sido prolífica y desbordante. Pero hoy no  glosaremos sobre el Paul Rudolph veterano y curtido, sino sobre el novel de los primero años, y al tiempo, reseñaremos dos pequeñas joyas que salieron de sus manos en aquel entonces :  The Cocoon House y The Walker House.
                                                                  
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PAUL RUDOPLH Y LA ESCUELA DE SARASOTA

Abordar la etapa inicial de su actividad nos remite a un fenómeno acaecido en el panorama arquitectónico americano de la posguerra, y en el que Rudoplh destaca como una figura preeminente. Me refiero a lo que después se ha conocido como "La Escuela de Sarasota".
Kenett Fraptom ya ha indicado algunas de las vías por las que el  Movimiento Moderno ha buscado nuevos caminos tras su estancamiento en el primer tercio del siglo XX, y el débil resultado de los insulsos postmoderns.

Así, ha denominado "regionalismos críticos" a las experiencia posteriores que, partiendo de los conceptos racionalistas primigenios, se han desarrollado en determinados lugares apoyándose en la tradición local, en los aspectos específicos de su entorno y en su propia historia.
Un ejemplo de ello es la última arquitectura portuguesa que, con sus características locales del aislamiento voluntario, atlanticidad,  desconfianza y  moderación han desarrollado los arquitectos de la escuela de Oporto. En una entrada anterior lo comento:  "Os Maestros. Los nuevos caminos rencontrados de la arquitectura portuguesa".

Pues también en Sarasota, entre los años de 1946 a 1960 y en plena efervescencia vital de la sociedad estadounidense y con su arquitectura despegando fulgurantemente hacia el Estilo Internacional, cuando se produjo un fenómeno similar al teorizado por Fraptom.
En su concurso participaron una veintena de  venes y veteranos arquitectos, siendo sus figuras más destacadas la de Ralph Twitchell, padre y pionero del movimiento y la de Paul Rudolph, genio indiscutible e ideólogo del grupo.

Ralph Twitchell, establecido en Sarasota desde mediados de los años treinta, ya tanteaba en los años prebélicos nuevos caminos pero no fue hasta que contrató, en 1942 como ayudante a un joven Paul Rudolph, cuando las ideas germinaron.

Rudolph habia estudiado arquitectura en Harvard, y tras servir en la Marina durante la segunda guerra mundial volvió, en 1946, a Sarasota donde su genio creativo irrumpió destellantemente tanto en su trabajo conjunto con Twitchell con quien llego a asociarse, como en el propio y personal posterior desde su propia oficina.
Otros principales componentes de la naciente escuela  fueron Víctor Lundy, William Rupp, Gene Leedy, Tim Seibert, Jack West, Ralph Zimmerman, Philip Hiss, y Phil Hall. Y aunque el suceso no constituyó un movimiento deliberado, ni conscientemente organizado, pronto entre todos ellos se contagiaron estímulos y complicidades por lo que, paulatinamente, fue así  apareciendo, en esta área de Florida, una identidad arquitectónica propia y muy admirada.
El contexto era, además, propicio. El Condado de Sarasota, con sus nueve islas y sus alrededores de cayos y  playas sobre el Caribe, gozaba desde los años treinta de una querida reputación como lugar de bienestar y descanso. La llegada del turismo interno, así como el propio asentamiento de las familias lugareñas, había desarrollado una forma de vida dulce y amable que se traducía en casas vacacionales y de segunda residencia señoriales con reminiscencias del pasado estilo colonial muy apreciadas por el americano medio.

La forma de vida en Sarasota, y en las costas próximas de la soleada Florida, adquirieron el apriorismo local del "to live the good life".


               

                                                                                       
En la génesis de la Escuela de Sarasota confluyeron las dos tendencias arquitectónicas más relevantes del momento : la organicista de Wright y la funcionalista proveniente de la arquitectura europea de la Bauhaus.

La obra de Wright era muy admirada en el ambiente local de Florida y en los campus universitarios sureños.  Así mismo, la llegada de Walter Gropius a la jefatura del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Harvard supuso que este centro de enseñanza pasara a ser un referente en el panorama arquitectónico nacional.

Paul Rudolph, alumno de Gropius, y buen conocedor de la obra del maestro de Taliesin, aliñó estas dos corrientes con el tercer ingrediente indispensable : el reconocimiento de las raíces locales, entendidas estas, como  la inspiración proveniente de la instantaneidad de la arquitectura indígena, del "snapshot", frente a las peculiaridades permanentes del lugar : la calidez del clima, las soleadas costas, la luz radiante del caribe, los vientos calientes del Golfo, los humedales .................; todo el hábitat inmediato y cercano con el que coexistía, atávicamente, la voluntad de una existencia en perfecta  armonía.

Esta arquitectura emergente retomó nuevos rumbos centrándose en la belleza de la simplicidad, en el desarrollo del espacio y en los aspectos emocionales del mismo.

Paul Rudolph sintetizó sus signos en estos cinco puntos :
- claridad de la construcción
- economía máxima
- uso de nuevas tecnologías

- clara geometría con volúmenes simples superpuestos y relacionados

-  honestidad en los detalles y en los encuentros estructurales
Estos signos propiciaron la aparición de las señas de identidad de la escuela de Sarasota, que hoy nos podrán parecer corrientes por su habitualidad, pero que eran  fascinantes para el americano medio de entonces y que colmaban las aspiraciones de la emergente sociedad de la "american way of life" . 

Se resumían básicamente en :

- Espacios fluidos, luminosos y estimulantes, que manifestaban una nueva manera de vivir.

- Construcciones ágiles, livianas, con techos en voladizos y cubiertas colgantes.

- La presencia del vidrio como fuerte vínculo entre el interior y el exterior.

- El uso de sutiles marquesinas,  pérgolas y aleros planos.

- El estudiado cuidado de ventilaciones cruzadas y de otras soluciones técnicas de la nueva  e incipiente sostenibilidad.

- La persistencia en el concepto de la horizontalidad y de adaptación al terreno mediante cuerpos y volúmenes bajos y maclados.

- La aplicación de materiales inacabados o "pobres",  sin devastar, como la madera virgen, el ladrillo o el terrazo, y siempre acentuados con brillantes colores primarios.
                                                                   
Los edificios de la Escuela de Sarasota evolucionaron desde planteamientos iniciales mínimos hacia obras más sofisticadas de un exquisito cuidado y refinamiento. Su campo de actuación afectó, tanto a los temas domésticos de la vivienda, como a edificios representativos y a espacios urbanos. La estética de Sarasota  tuvo ecos e influencias en zonas tan distantes como en la costa Oeste del Pacifico, y en sus zonas desérticas próximas, donde Richard Neutra y otros arquitectos siguieron experiencias cercanas.

El número de obras realizada por Paul Rudolph y su colegas fue muy numeroso durante aquel periodo.

Valga, a modo de ejemplo, esta pequeña muestra.


Finey House. Sarasota 1947. Rudolph & Twitchell
 ©Fundacion Paul Rudolph

Sarasota City Hall 1955. Jack West. ©Gator

Miller Residence. Sarasota. 1947. Rudolph & Twitchell. ©Ezra Stoller


Nokomi Plaza Beach. Sarasota.1955. Jack West. © Gator


Revere Residence. Siesta Key. 1948. Rudolph & Twitchell. ©Ezra Stoller

Burnette Residence. Sarasota. 1950. Rudolph & Twitchell. ©Ezra Stoller

Leavengood Residence. St. Petersburg.1951. Rudolph & Twitchell. ©Ezra Stoller


Hook Residence. Siesta Key. 1953. Paul Rudolph.
 ©Ezra Stoller


Biggs Residence. Delray Beach.FL 1956. Paul Rudolph. ©Ezra Stoller

Burkhart Residence. Sarasota. 1957. Paul Rudolph. ©Ezra Stoller

Deering Residence. Sarasota. 1958. Paul Rudolph. ©Ezra Stoller

Harkay Residence. Lido Shores. 1958. Paul Rudolph.
 ©Ezra Stoller

Milam Residence. Jacksonville. 1961. Paul Rudolph. ©Ezra Stoller

Cichon Residence. Sarasota. 1958. Tim Seibert. ©Ezra Stoller

Betchel Residence. Sarasota.1956.Tim Siebert. ©Ezra Stoller

Herron Residence. Sarasasota. 1957.Victor Lundy. ©Ezra Stoller
                                                                                                                                                                  
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PAUL RUDOLPH - LA COCOON HOUSE Y LA WALKER HOUSE

En el estallido formal que representa la escuela de Sarasota, Paul Rudolph no solo realiza las obras más significativas, sino que es la referencia constante como animador y catalizador de toda la experiencia.

De su producción, en esa etapa, es imposible no reparar en dos pequeñas joyas. Son la la Healy Guest House (más conocida la Cocoon House), y la Walker House. Y aunque, por su carácter mínimo, parezcan dos obras menores, realmente representan el embrión del campo de experimentación donde Rudolph explora los aspectos fundamentales que, en aquellos tempranos años, ya le interesan y que desarrollará posteriormente en sus proyectos.

                                                                                                     
The Cocoon House 
La Cocoon House causó un poderoso impacto cuando se construyó en 1950, y ha sido catalogada como "American Treasure" por la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos.
Se concibió como pabellón para invitados de la familia del propio Twitchell, proxima a la vivienda principal, en la costa de Siesta Key. Es una vivienda modesta, pero riquísima en matices y sutilidades.

Cocoon House. Siesta Key. 1950. Rudolph & Twitchell.
 ©Fundacion Paul Rudolph.


Cocoon House. Siesta Key. 1950. Rudolph & Twitchell.
 ©Fundacion Paul Rudolph


Cocoon House. Siesta Key.1950. Rudolph & Twitchell. ©Fundacion P.R.


La casa se eleva levemente sobre el terreno con una parte en vuelo sobre el agua. La planta se conforma en un rectángulo paralelo a la ribera con el acceso situado en el frente interior, quedando el otro frente organizado como terraza, embarcadero y mirador sobre los manglares. El rectángulo se divide en cuatro módulos, en consonancia con la trama estructural y solo en uno, situado en un extremo, se proyectan particiones fijas que organizan la habitación principal y el servicio.

En los restantes módulos el espacio es continuo, flexible y cambiante, dado que las mamparas plegables del gabinete central permiten que esta pieza pueda ser bien una segunda habitación o integrarse en el espacio general. 


Cocoon House. Siesta Key.1950. Rudolph & Twitchell. ©Fundacion P.R.


Cocoon House. Siesta Key. 1950. Rudolph & Twitchell. ©Fundacion Paul Rudolph


Cocoon House. Siesta Key. 1950. Rudolph & Twitchell.
 ©Fundacion P.R.

La solución estructural es sencilla y eficaz mediante el uso de pórticos mixtos de madera y tirantes de acero. El equilibrio del conjunto se consigue con estos tirantes trabajando como tensores y catenarias sobre los que se apoyan los paneles de tablero curvado que conforman la cubierta. El acabado de esta cubierta se realizó pulverizando, sobre las caras de los  tableros contrachapados, un compuesto de fibra de vinilo (conocido comúnmente en la época como Cocoon) y que al secarse se comporta como una capa impermeabilizante. Este compuesto había sido desarrollado, por la Marina de E.E.U.U., para proteger de la intemperie y de la humedad los componentes de sus barcos. Rudolph, que conocía bien este tratamiento tras su paso por la armada, no dudó en experimentarlo en este nuevo campo doméstico

Cocoon House. Siesta Key. 1950. Rudolph & Twitchell. ©Jose Smecenecz

La Casa Cocoon experimenta y explora la relación entre su interior y el exterior mediante elocuentes transparencias y visualizaciones que se producen por el nuevo uso que se le confiere a las tradicionales persianas de madera.

Estas persianas habían sido utilizados comúnmente en la arquitectura vernácula del sur solo para hacer ajustes finos para la "climatización" del espacio interior. Aquí, sin embargo, Rudolph las transforma en celosías y las utiliza como cerramientos completos regulables, lo que supone la introducción de una concepción radical de su función.

Mediante su total apertura, el entorno se introduce en la casa con sus brisas, sonidos y olores. Con su ajuste, se pueden alternar  perspectivas y visuales que aumentan los espacios  y crean ambientes de gran calidez. Al cerrarse completamente vuelve el sentimiento de protección y seguridad a las estancias.

La casa, por su íntima escala y sus materiales, se integra plenamente en este entorno de pantanos y manglares. Es un refugio ideal donde aislarse.

Cocoon House. Siesta Key. 1950.Rudolph & Twitchell. ©Fundacion Paul Rudolph


The Walker House

La Walker House es también una casa de programa mínimo concebida para alojamiento de invitados. Realmente es un experimento para la técnica del " off-the-shelf ". Se trataba de conseguir con un único y modesto elemento, el cerramiento, satisfacer las demandas de seguridad, protección ambiental y uso.

Walker House. Sanibel Island. 1952. Paul Rudolph. ©Fundacion Paul Rudolph



Walker House. Sanibel Island. 1952. Paul Rudolph 
 ©Fundacion Paul Rudolph


En la Walker House la planta es un cuadrado en el que cada cuadrante esta reservado para una determinada función : estar, comedor, habitación y servicios, si bien el espacio es continuo y fluido.

Sutilmente se contrapone este riguroso orden, de los cuatro cuadrantes, con los tres módulos con que se organiza el cerramiento móvil en cada una de los frentes. El ingenio radica, precisamente, en estos cerramientos de paneles de madera contrachapada que, a modo de flaps se pueden elevar apropiándose entonces la casa del espacio exterior y ampliando su zona de uso en un tradicional porche tipo "wrap-around ".

Una segunda piel, acristalada o de fina tela mosquitera, enmarcada de suelo a techo, completa el sistema. La vivienda dobla su espacio cuando se utiliza y vuelve a su estado original cuando los "flaps" se cierran.

La propuesta sustituye, así, las convencionales ventanas de fachada por un concepto abierto/cerrado radicalmente distinto.


Walker House. Sanibel Island.1952. Paul Rudolph 
 ©Fundacion P.R.


Walker House. Sanibel Island.1952. Paul Rudolph 
 ©Fundacion P.R.


Walker House. Sanibel Island. 1952. Paul Rudolph. ©Fukuawua


La estructura es también sencilla, compuesta por perfiles metálicos, uniones remachadas, y pies de apoyo que elevan y aíslan la vivienda del terreno. El sencillo mecanismo de contrapesos de elevación de los cerramientos, un cable de acero y una bola metálica, asombra por su simplicidad e ingenio convirtiéndose, además, en un elemento de diseño peculiar de la casa.

La casa se abre y se cierra como los pétalos de una flor y da respuesta las exigencias propuestas : hermética y segura en los periodos sin uso, se expande, protege y dobla su espacio cuando se habita. Todo con una economía mínima de recursos. Es casi imposible conseguir tanto con tan poco.

Walker House. Sanibel Island. 1952. Paul Rudolph. ©Fukuawua
   
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La influencia de la Escuela de Sarasota fue notable en su momento.


En 1982 la Asociación de Arquitectos Americanos le otorgó su merecido reconocimiento nacional.

La Ringling School of Art, fundada en Sarasota en 1931, organiza periódicas exposiciones y muestras sobre su obra y sus autores.

En los últimos tiempos el fenómeno ha transcendido de los meros círculos académicos para convertirse en un acontecimiento social y de reclamo turístico de la zona. Tanto es así que, en la más banal y crematística tradición norteamericana, se han oficializado tours y múltiples recorridos programados para el conocimiento y disfrute de esta arquitectura.

Todo sea por el bien de la misma. Paul Rudolph cabalga de nuevo.



 Paul Rudolph. ©Fundacion Paul Rudolph.


2 comentarios:

  1. Increíble arquitecto, un gran descubrimiento.

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  2. QUIERO EXPRESAR MI ESPECIAL RECONOCIMIENTO Y ADMIRACION A PABLO J. LOPEZ HERNANDEZ POR SU ATINADA ENTREGA DE SUS ESCRITOS SOBRE ARQUITECTURA, SU AMOR PALPABLE A LA PROFESION Y SU GRAN ERUDICION. CUENTEN COMIGO FELICIDADES

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