APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE

APUNTES PARA UNA ARQUITECTURA AUSENTE



Impenitente : Adjetivo. Que persevera en un hábito.
Ausente : Nombre común. Aplicado a personas o cosas. De lo que se ignora si vive todavía o donde está



"Un artista verdadero es alguien que está preocupado por muy pocas cosas."
Aldo Rossi


"No habrá otro edificio"
Louis Kahn


sábado, 31 de diciembre de 2011

THE WATER HOUSE MAKING OFF Y LOS ESPAÑOLES Y PORTUGUESES BAJITOS



Hoy vamos de  anécdotas  sobre Frank Lloyd Wright.

La primera se la comenté a mi amigo el arquitecto portugués Joao Antunes y la segunda me la contó el. De ambas hemos aprendido.

Primera anécdota  (y muy conocida) :

El Sr. Kaufmann, por la amistad de su hijo con el hijo de Wright, encargó a este el diseño de una casa en una zona muy agreste de Mill Run, Pennsylvania. Transcurrido un tiempo más que razonable sin tener noticias del arquitecto, ni de su casa, le llamó a su estudio una mañana a primera hora.

A los colaboradores y asistentes de Wright les entró el pánico cuando oyeron al propio arquitecto decirle al Sr. Kaufman "que no había ningún problema" porque tenían los planos preparados y que se podían reunir en un par de horas. El pánico se convirtió en terror porque todos sabían que Wright no había dado ninguna instrucción al respecto de la casa y, realmente, no había nada dibujado.

El Sr. Kaufmann era rico e influyente, y como siempre, Wright estaba ahogado por las deudas por lo que el encargo de aquella casa era vital para todos, e incluso, una cuestión de supervivencia para el propio estudio.

Entonces Wright se sentó tranquilamente en su tablero y en un par de horas planteó los diseños básicos de la casa entregándoselos a sus colaboradores para que los desarrollaran y completaran.

domingo, 16 de octubre de 2011

UNA MAÑANA EN MADRID. TRES LECCIONES DE ARQUITECTURA Y EL ARRIBA-ABAJO DE ANTONIO LOPEZ


El arquitecto impenitente viaja a la capital del reino. En esta ocasión lo hace con cierta emoción y alegria pues visitará la última exposición de Antonio López. Afortunadamente, la fresca mañana de Madrid, inusual para las fechas, hace muy placentero y agradable el paseo de aproximación hasta el Thyssen y le ayuda a mitigar, en parte, sus provincianos complejos.

Como uno es un poco exagerado para esto de los horarios llega demasiado pronto al museo, por lo que deberá esperar hasta la hora de entrada marcada en su billete. Buena excusa para hacer un poco de tiempo admirando la magnifica rehabilitación del Palacio de Villahermosa, tomar nota de las lecciones de arquitectura que el edificio le ofrece y confirmar la maestría de Rafael Moneo.



Palacio de Villahermosa

Y así, va anotando en su libretita:

Primera lección de  arquitectura: la implantación del jardín como umbral de acceso previo al edificio, espacio intermedio y ámbito de transición entre exterior-interior. Esta condición de umbral de llegada puede parecer, en principio, de una trivialidad insultante pero es preciso tomar nota y remarcarla pues su cualidad se ha ido olvidando paulatinamente y algunos arquitectos ni siquiera parecen conocerla

Este es justamente uno de los "patterns" que Cristopher Alexander ya sistematizó en su libro "Patrones de Arquitectura" y que, sabiamente, emplea Moneo : la entrada física al interior del edificio se podría haber resuelto accediendo directamente desde la vía publica, tal vez por un punto más singular o emblemático de la Carrera de San Jerónimo o desde el propio Paseo del Prado, como así era originariamente.


Incluso esta 
cuestión del nuevo acceso provocó alguna controversia durante la rehabilitación del palacio pues suponía invertir el sentido del edificio y hacer que la fachada interior pasará a tener el protagonismo de portada de ingreso. Afortunadamente, Moneo mantuvo sus tesis y, sutilmente, nos obliga a deambular previamente por lo que era el patio posterior del palacio, ahora recuperado como jardín, consiguiendo que la entrada al edificio se produzca tamizadamente y que la transición entre el exterior-interior sea elegante y atemperada.

Segunda lección de arquitectura : La claridad conceptual en la resolución de la rehabilitación con la subordinación de todos los condicionantes a la idea matriz generadora del proyecto : el espacio único interior central

El arquitecto impenitente piensa que, cuando lo preexistente pesa tanto, es fácil perderse en categorías organizativas aleatorias de forma que el resultado final sea un batiburrillo anecdótico de espacios y subespacios, y máxime, cuando se trata de un museo.
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Pero no es este el caso.

Existe,desde el principio, una idea generadora de toda la resolución formal, " the strong idea" como la llamaba Kahn, y a ella se pliega el resto compositivo. Esta strong idea es, en este caso, el espacio central, galería cubierta iluminada cenitalmente, que se dispone perpendicular y en oposición al plano dominante de la fachada dotando al interior de una calidad inesperada. El gran vacío atraviesa las tres plantas en altura y organiza el recorrido por las distintas salas que sobre él vuelcan de una forma subliminalmente helicoidal (¿nos suena, verdad?), dando al mismo tiempo unidad y privacidad al recorrido expositivo.


Palacio de Villahermosa. Hall.


Tercera lección de arquitecturaEl respeto y puesta en valor de lo existente sin estridencias y sin ansias de protagonismo, de forma discreta y siempre remarcando sutilmente y realzando las cualidades intrínsecas propias del palacio. Queda bien patente el espíritu de sencillez y domesticidad con el que se ha realizado la intervención : en el cuidado en mantener las proporciones, en los espesores recuperados de los muros internos, en la forma de disponer los pavimentos, en la calidez de los nuevos acabados, todos elegantes detalles que hacen que el espíritu de la arquitectura original del Palacio perviva.
                                                              
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El tiempo de espera termina, y  así, rápidamente uno pasa al objeto de la visita : la pintura de Antonio López.

Surge entonces una sorpresa. Pues resulta que la exposición no se desarrolla en un único espacio secuencializado, en tiempo y forma, como suele ser al uso. Se presenta dividida en dos zonas físicas diferenciadas.

Y tampoco parece existir, en cada una de ellas, un estricto proceso de ordenación temporal. Lo que se podría llamar "obra reciente", y esto con mucha generosidad pues algunas piezas llevan gestándose más de quince años, se expone en el ala derecha de la planta baja. Cuando se termina este recorrido, un sucinto cartel indica que, "el resto" de la obra de Antonio López se puede ver en el primer sótano, al final de la escalera de bajada. 

El arquitecto impenitente, desconcertado por este obligado trasiego a otras plantas, a nuevas colas y esperas y, mal aconsejado por su inexperiencia, barrunta pensamientos improcedentes por estos "interruptus" artistico al que le someten.

Pero, al finalizar los dos recorridos piensa que el periplo encierra en sí una lección magnífica, pues expone claramente los inescrutables mecanismos necesarios para qué, con el talento del artista, el sabio paso del tiempo, la inspiración de las ninfas y, seguramente, otras mil circunstancias que uno ni imagina sea posible el alcanzar ciertos retazos mágicos y escurridizos de lo que llamamos arte. 

Así, resulta que en la planta de "arriba" se nos muestra, a bocajarro, la obra actual del artista, genial y rotunda. Luego, en la planta de "abajo", se exponen (y se perciben), los caminos pretéritos, el backround ejercitado, el dominio necesario e imprescindible de la técnica y los años de búsqueda y tesón. En las tablas de la planta de "arriba", algunas aun inacabadas, no hay dudas ni tiempos de vacilación. El pintor sabe lo que quiere y lo toma por lo directo. En las pinturas del sótano se exploraban caminos, se experimentaba. Lo que "arriba" es ya lo fundamental, lo preciso, "abajo"  era aún ocasional, accesorio o periférico.


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El arquitecto impenitente no es un experto en pintura, ni pretende serlo. Para eso ya existen otros charlatanes.

Pero ante el caleidoscopio que ofrecen la serie de las múltiples "Gran Vía", ante la intensa
panorámicas de los térreos "Madrid", desparramados en el horizonte y frente a los prolijos estudios de los membrillos al sol, sospecha que son, ciertamente, los tesoros íntimos y personales  más preciados,  conquistados por el artista tras tantos caminos de búsqueda.

Y admira la riqueza del alijo expuesto : los soles de poniente sobre las vistas infinitas de la ciudad, las luces del amanecer sobre las arquitecturas urbanas y cotidianas; la presencia de los vagos cielos de la mañana y de los dispersos y tenues de la tarde, el paso del tiempo sobre rincones humildes y anónimos, el deterioro paulatino y silencioso de muros ,de viejas fábricas, de pavimentos rotos, de balaustres y barandales ajados...... 


  • Madrid desde Torres Blancas, 1974-1982. Óleo sobre tabla. 156,8 x 244,9 cm.

  •  Marlborough  International Fine Art. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.


  • Madrid desde Capitán Haya, 1987-1996. Óleo sobre lienzo adherido a tabla. 184 x 245 cm. 
  • Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.


                             
Gran Vía, 1 de agosto, 13:45 horas, 2010-2011. Óleo sobre lienzo. 130 x 120 cm. 
Colección del artista. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.



El arquitecto impenitente piensa, tras confrontar las innumerables alquimias trasvasadas entre una y otra sala, que el artista ha llegado a la esencia de su libertad.

   
Terraza de Lucio, 1962-1990. Óleo sobre tabla. 172 x 207 cm.

 Colección privada. © Antonio López. VEGAP. Madrid, 2011.

                                                                 
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Considerando las tres valiosas lecciones de arquitectura y el magnifico descubrimiento del "arriba-abajo" de Antonio López, para una sola mañana, no ha resultado escaso el botín.


Cuando al marchar, se pierde bajo la frondosidad de los arboles del paseo, uno se siente también un poco más feliz.